Los
seres humanos, durante mucho tiempo hemos sido considerado sujetos que no sólo
actuamos por inercia, lo mismo que
tampoco somos sujetos que trabajamos bajo ejes de pensamiento netamente
racionales. Sino todo lo contrario para tener un pensamiento racional, partimos
de la experiencia que tenemos con el mundo, lo mismo que de la comprensión de
teorías de ciencias o saberes específicos para armarnos de una mejor estructura
de pensamiento.
Ahora
bien, el pensamiento racional, nace con la filosofía moderna, que decía que el
hombre, se constituía no sólo de esencia o espiritualidad generada por la
oración y la reflexión; lo mismo que de lecturas asiduas del conocimiento de
las ciencias o saberes específicos, sino todo lo contrario, el hombre, es un
ser pensante de ahí la denominación de sujeto que piensa (pregunta e indaga) lo
que genera como resultado la certeza o la duda cartesiana con René Descartes.
Que se ve demostrada con una sentencia: “pienso y luego existo”. Esto nos da a
entender que el concepto de pensamiento de Descartes está muy ligado a la
existencia y para existir, es el ejercicio filosófico del hombre de razonar.
De
lo anterior, comprendemos que la existencia no es simplemente el hecho de estar
determinados en un espacio o tiempo de una historia, sino que el desarrollo del pensar es generarnos
preguntas o dudar de lo que nos pasa en el mundo. Para formarnos no sólo una
capacidad de preguntas acerca de lo que tenemos certeza o duda, sino que
mediante dicha convalidación, el hombre se forme o explique las construcciones
a través de unos conceptos bien analizados y reflexionados a la vez.
En
Descartes, vemos un modelo de pensamiento formado desde la duda y la certeza
para ver la falsedad o veracidad de dicho pensamiento; lo mismo que unos
conceptos generados desde el racionamiento bien pensado del hombre por medio de
la meditación.
En cambio
Kant, lo que busca es que el pensamiento
no sea concebido solamente desde el escepticismo de Descartes, el empirismo de
George Berkeley, el racionalismo de Bacon, sino armar una estructura que es la
unión transversal de todos los anteriores; pero en especial desde esta
estructura, lo que se busca es la cientifización de la metafísica y del
pensamiento. Sin embargo, también se busca que el ejercicio de la razón, parta
no sólo de los conocimientos a priori o a posteriori, igualmente que el mismo
conocimiento genera una capacidad en los sujetos que se llama Crítica, cuya
finalidad no solo sea analizar los conceptos, sea más bien la capacidad de
confrontar lo a priori y a lo a posteriori, para que sean reflexionado pero en
especial analizados. Porque como lo expresa en la Crítica de la Razón Pura:
La razón se queda estancada inmediatamente de llegar a su fin; o cuando para
alcanzarlo, se ve obligada a retroceder una y otra vez y a tomar otro camino;
cuando, igualmente, no es posible poner de acuerdo a los distintos
colaboradores sobre la manera de realizar el objetivo común; cuando esto ocurre se puede estar convencido de que semejante estudio está todavía muy lejos de haber encontrado el camino
seguro de una ciencia no es más que un
andar a tientas (Kant, 1998,15)
Respecto
a lo dicho por Kant, el retroceso de la razón se da solamente por la
comprobación de la experiencia desde lo a posteriori o de la formulación de la
teoría desde el mismo, es más bien que los seres humanos, cuando realizamos el
estudio de la Filosofía y las Ciencias, tenemos que hacer un retroceso para
confrontar una experiencia y formarla o
clasificarla desde y para una teoría del pensamiento, porque tenemos la
necesidad de buscar la comprensión de esa teoría de pensamiento ante el mundo,
no para volverla un saber popular como diría
en una parte de la Crítica de la Razón, sino que gracias a dicha teoría
podemos mostrar el uso, deconstrucción, manipulación o manejo de un nuevo
concepto deseoso de salir a la luz para buscar la respuesta ante el mundo de
eso que nos planteamos en el acto de pensar.
La
importancia de la pregunta o el nacimiento del concepto, en el acto de pensar,
es porque según Kant, la razón:
“Sólo se reconoce lo que ella misma produce según su bosquejo, que la
razón tiene que anticiparse con los principios de sus juicios de acuerdo con
leyes constantes y que tiene que obligar a la naturaleza a responder preguntas,
pero sin dejarse conducir con andaderas, por así decirlo” (Kant, 1998, 18)
De
esto, se deduce que la importancia de la pregunta radica que ella misma se
anticipa a su respuesta y busca a través de su misma el desarrollo de la
capacidad del juicio en el ser humano, lo mismo que le genera una respuesta
develada en un concepto de manera clara y precisa, y que se convalide con una teoría, para que no sea
improvisada, lo mismo que tampoco salga de la nada. Del mismo modo, la anticipación de la razón,
es porque toda pregunta no sólo es el medio generador de juicios sino que es la
búsqueda del sujeto formulador, para el
desarrollo de una crítica que se vea mediada
por una reflexión que es su
aspecto esencial, lo mismo de un método proporcionado de observación más agudo,
que genera una ampliación de los objetos y del conocimiento.
Las
relaciones entre el conocimiento y la metafísica, es porque ella, puede ver no
solamente los objetos sensibles como son los astros, los sentidos, los giros y
movimientos del observador expectantes de las estrellas, sino que ella es:
El conocimiento especulativo de la razón, completamente aislado que se
levanta enteramente por encima de lo que
enseña la experiencia, con meros conceptos (no aplicándolos a la intuición como
lo hace las matemáticas) , donde por tanto la razón ha de ser discípula de sí
misma, no ha tenido hasta ahora la suerte
de poder tomar el camino seguro de la ciencia (Kant, 1998, 19)
De
esta primera mirada que se hace en lo Kantiano, desde el concepto de
metafísica, lo que busca no es simple y llanamente el ordenamiento de
categorías del conocimiento como la hace la experiencia ( a priori) o la
formulación de la teoría ( a posteriori) en el razonamiento humano, ella es la
ampliación del conocimiento, porque con sus reflexiones acérrimas del mismo,
busca no sólo el nacimiento de la pregunta, sino que el sujeto indague desde
distintas estructuras ó cuestiones de importancia, como son los límites de la
experiencia y la validez y/o falsedad de la pregunta, desde y para una teoría.
Ahora
bien, la razón humana en Kant, no es sólo nace de la experiencia, de la teoría del conocimiento, la razón, nace
de la formación reflexiva y esencial de la pregunta que se ve expuesta desde y
para un concepto con un análisis fuerte, para formarse en la crítica, que busca
enseñarnos desde lo pedagógico y en lo cotidiano:
El espacio y el tiempo son meras forma de intuición sensible, es decir,
simples condiciones de existencia de las cosas en cuanto a fenómenos; que
tampoco poseemos conceptos del
entendimiento ni por tanto, elementos para conocer las cosas sino en la medida que se puede darse la intuición
correspondiente a tales conceptos; que, en consecuencia, no podemos conocer un
objeto como cosa en sí misma, sino de la intuición empírica, es decir en cuanto
a fenómeno (Kant, pág.25)
Con
esto, lo que se quiere decir, es que cuando nos hacemos una preguntas y nos
formamos un concepto, ella pertenece netamente a un espacio y tiempo ( ahora) y
pocas veces trascenderá; ejemplo de esto es la pregunta por las orbitas de
Marte que se hizo Kepler. Esto trascendió su tiempo en un espacio determinado y generó una revolución del pensamiento, pero
si las miramos en la actualidad, ella es una pregunta que formó el concepto de
orbita en marte, lo que correspondió a
una observación de ella en el planeta.
En conclusión
lo que me queda claro de la lectura, el concepto de razón en lo humano, nace de
la necesidad de enseñar el conocimiento de forma total, pero tiene sus límites,
por eso necesita de la metafísica; puesto que la crítica le ayuda a sopesar la
ampliación y reducción del mismo, para generarse unos principios y en especial
un espacio de especulación más amplio.
La
experiencia igualmente, es quien nos enseña a conocer el objeto como cosa en
si, cuando tenemos contacto. Lo mismo que es el eje generador de pensamiento
como nos dice Kant, ya que como nos puede decir todas las posibilidades que le
corresponde o no a un objeto, es la que ayuda a la formación de unas bases
cuando vamos al conocimiento teórico.
BIBLIOGRAFÍA
KANT,
Immanuel. CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA. Madrid: Editorial Taurus. 2005 Traductor: Pedro
Ribas.