El hombre de nuestro tiempo, constantemente está tratando de reconocerse
en su día a día, pero en ocasiones lo logra y a veces dentro de diversas
oportunidades no tanto, porque se da cuenta que para llegar a ese estado, debe
estar re-planteando muchas de las cosas que piensa o simplemente estar listo
para cambiar y adaptarse al resultado que esto efectúa en su personalidad.
Thomas Hobbes, uno de los pioneros de la Filosofía Política, la cual promulga la igualdad de los hombres a través del concepto de Estado. |
Los hombres dotados de dichas facultades; y si lo han
nacido aptos para vivir en sociedad y para conservarse frente a la violencia
mutua, y esto en virtud de qué facultad; pasaremos después a mostrar qué
acuerdo es necesario tomar en este terreno y cuáles son las condiciones de la
sociedad o de la paz humana; dicho de otra forma, expondremos cuáles son las
leyes fundamentales de la naturaleza (14)
En otras palabras, para llegar al reconocimiento, el hombre debe estar
dotado de sus facultades humanas como son el pensamiento, la experiencia, la
razón, la pasión y por último la fuerza corporal, porque gracias a esto, podría
vivir en sociedad, no solamente para el goce del aprecio de la comunidad como
nos dice el autor, sino también, es mediante lo social, donde podemos comprender, analizar
y formar un pensamiento crítico y reflexivo, plantearnos distintas de
reconocernos en un encuentro con nosotros mismos, pero en especial, con el otro
y así generar lazos de amistad gracias a la paz.
La identidad, es el reconocimiento que busca el sujeto de nuestro tiempo y que Hobbes, también confrontó en el contexto histórico, donde vivió. De la misma forma, esto se vive en nuestro día a día. |
Ahora bien para el siguiente argumento, nos hemos apoyado en una cita de
Hobbes:
Los hombres se deducen de lo que hacen una vez
agrupados. Ya que si reúnen por razones
comerciales, cada uno busca su propio provecho, no el del socio, y si es por
razón de algún cargo, nace entonces una cierta amistad pública que tiene más de
miedo mutuo que de amor; por consiguiente, a veces surge una facción pero nunca
la benevolencia. (Ciudadano. Pág.15)
El hombre de nuestro tiempo, es una persona que tiene un cambio constante de identidad por los fenómenos en los que vive dentro de su actualidad. |
Esto nos deja entrever que los hombres actuales buscan en sus contactos,
lo mismo que buscaban los miembros del estado de ciudadanía en el siglo XVI,
alguien con benevolencia, para que los ayude en el momento precario, tal y como
lo hemos expresado, pero sin embargo, la diferencia radica, es que ellos podían
verlos en las altas organizaciones sociales cuando quisieran o lo mandara
llamar. En cambio nosotros al “contacto” que nos ayuda solo lo hemos si acaso
una vez en la vida a nivel de contacto físico, ya que de resto, todo ha sido a
través del mundo virtual que es quien nos maneja en la actualidad. Por lo
anterior, estamos expuestos que la deuda
de gratitud sea cobrada en cualquier momento, sin saber la circunstancia o
motivo de dicho cobro de ella.
De la misma forma, en el “Leviatán”, se nos plantea que el hombre tiene
tres causas de discordia; a pesar de ser hace 5 siglos todavía siguen
aplicándose: la competencia, la desconfianza y la gloria. La primera, por estar
llenos constantemente de miedos a que se nos vulnere la identidad que creamos o
configuramos en cada encuentro que tenemos con nosotros mismos o gracias a las
visiones de la sociedad; la segunda, en cambio, por no querer compartir con el
otro nuestros lados flacos o negativos, pues no conviene que se nos confronte
hacia ello, por la histeria a mostrarse débil frente a quienes conocemos o simplemente por no tener la autonomía en
dejar caer la máscara que tenemos puesta, de la misma forma, que gracias a
ella, podemos proyectarnos como queramos sin que nadie se dé cuenta.
Por último, la gloria, es la necesidad que ha tenido el hombre por todos
los tiempos históricos habidos por haber a lo largo de la existencia humana,
para ser exaltado en los valores éticos, morales, sociales, culturales y
políticos generados por el reconocimiento no solamente planteado por Hobbes
sino por nuestra actual cultura.
En conclusión, el reconocimiento, debe ser creado gracias al liderazgo
del hombre, porque de lo contrario, el miedo y el desinterés, dejarían por la
borda todo el valor histórico que se tiene, pues al dejarse vencer ya se
subestimaría como ser hablante y habitante de la cultura, gracias a los
derechos naturales.
Bibliografía:
- · Hobbes, Thomas. El Leviatán.
- · ______________. El Ciudadano.