La lectura filosófica, constituye una de las formas de leer contemporáneamente el mundo, más nuevas entre las muchas existentes para el trabajo con la lectura. Su finalidad es que el lector, se abra de manera más abierta al mundo y desarrolle una capacidad de escucha mediante el diálogo con el texto.
Los aprendizajes que le aporta al lector, van desde la respuesta más amplia que una tradición ha dado a una pregunta. Como a la formación de manera más abierta pero en especial más crítica y reflexiva de un concepto que se ha desarrollado en una corriente o tendencia de la filosofía en un determinado periodo histórico.
Del mismo modo, lo importante en la lectura filosófica, es no caer en vicios como la historiografía, sociología y psicologismo del texto, porque con estos no podemos tener una mayor lectura del texto y abrirnos de manera abierta, porque nos reducimos a un aspecto del autor. Sin saber que muchas veces, lo que se escribe en una época se puede repetir en otra de igual manera o de distinta manera.
Un ejemplo de esto, es que durante mucho tiempo, se asoció al Super hombre de Nietzsche con el Nazismo, sin saber que el autor lo que pretendía mostrar era un hombre fuerte, estudioso y en especial que desarrollara el ideal griego: “mente sana y cuerpo sano” que tiene como objetivo desarrollar la paz armoniosa del individuo mediante el cultivo de la mente que da la lectura y el amor a la patria, para ser alguien que se integre al otro con la ayuda de la polis. En cuanto al cuerpo nace de la necesidad que tienen los griegos de que no se cultive solo conocimientos en el hombre si no que la formación del mismo, debe tener en cuenta un cuerpo armonioso, porque no solo va en mejoramiento en la calidad de vida del individuo, sino que tiene una mayor fuerza para combatir en la guerra y así aleja los malos pensamientos que pueden generarse en una mente ociosa.
Lo que con el ejemplo se muestra, es que muchas veces si leemos los textos filosóficos de manera literal, podemos mal interpretar a los autores y sus formaciones del concepto que arman mediante sus preguntas en torno al conocimiento. Esto es por mirar la lectura que hacemos desde una perspectiva que muchas veces no solo es la literal, sino la histórica, la sociologista o la psicologista. Sin comprender, que un texto, es una oferta de mundo y que tiene como función pedagógica el compartirnos una respuesta que un Filósofo de una determinada cultura, sociedad y contexto ha respondido desde una tradición, tal y como lo hemos expresado en este escrito.
Ahora bien, en lo pedagógico, la filosofía, nos quiere enseñar que sus preguntas no nacen del conocimiento abstracto del mundo, ellas son surgidas de la cotidianidad de la vida y existencia de un filósofo y toda su escuela o corriente filosófica a lo largo del tiempo.
Sin embargo, para que estas preguntas, sean dadas a luz al mundo, se han creado diversos estilos de la escritura como son: el diálogo, la epístola, la meditación, el ensayo, escrituras personales entre otros. Desde el diálogo, la pregunta nace cuando uno de sus interlocutores propone el tema de la conversación y el concepto se va armando a medida que la conversación se va desarrollando. Pero en especial, el papel de éste, es para mostrarnos las distintas formas de mundo que tienen cada uno de los que desarrolla la conversación.
No obstante, para denominarse un diálogo como escritura filosófica, debe cumplir el papel que todos sus participantes, hablen dentro de la conversación, porque si no se genera dicho aspecto, su papel se reduce a ser simplemente un monologo o soliloquio de las personas que hablan dentro de la conversación. Puesto que la finalidad del diálogo filosófico es la apertura del pensamiento que tengan cada uno de sus participantes, para escuchar las distintas posturas que tiene cada uno sobre el tema que se abre la pregunta. Si no hace esto, no hay dicho diálogo.
En la epístola, el concepto da respuesta a una pregunta, que se nos comparte en la escritura mediante los tonos que pueden ser imperativos y exclamativos. Desde el imperativo, porque se nos muestra la acción que al filósofo ha llevado a elaborar dicha propuesta de escritura, y presentarla de dicha forma al interlocutor que en muchos casos es su discípulo o colega. Como en el caso de Séneca con Lucilio o en el de Epicuro con Meneceo.
Los tonos exclamativos, los vemos en las epístolas, cuando vemos los estados de ánimo o atmosferas que tuvo el autor cuando elaboraba dicha escritura. De igual manera, lo que se busca tanto con ambos tonos, es que el lector comprenda la formación de concepto que tiene el otro y vea como mediante los juegos de la escritura, busca el entendimiento común, y así abrirse a la apertura del diálogo escrito con la ayuda de la epístola. Y así no sólo tener una mayor apertura de pensamiento sino la capacidad de confrontarse consigo mismo mediante lo que el otro dice.
Una de las escrituras de la filosofía que más desarrolla el encuentro del filósofo consigo mismo y que fortalece la capacidad de asombro y fascinación por la pregunta es la meditación, cuya mirada es mediar entre el espacio de soledad y el sueño, para desarrollar preguntas que tienen más relación sobre lo que desvela en su existencia al pensador.
Ejemplo de estas preguntas son:
¿Por qué Dios existe?
¿Qué importancia tiene dudar de todo lo que existe?
¿Por qué para ser humanos nos tenemos que equivocar?
De lo anterior deducimos que la respuesta a estas preguntas son las que forman el concepto, porque dentro de ese espacio de soledad, comprendemos la importancia no solamente de hacernos la pregunta sino que vemos que toda una tradición se la hizo no de igual manera, desde diferentes formas y que el medio para compartir la respuesta ha sido diferente.
En la meditación, el meditante busca un espacio de encuentro para la pregunta pero muy especialmente que ese espacio le genere reflexión y lo haga confrontar su respuesta con lo dicho por la tradición. Para eso busca su lengua nativa, para compartir esa respuesta y la mirada que ha dado a la misma desde el concepto.
Por último para concluir, el ensayo, es el estilo más utilizado por los escritores en la filosofía a lo largo de muchos siglos. Pero que se volvió más vigente y con fuerza en el siglo XXI donde plantean tesis en torno a lo que pasa en una sociedad desde su historia, economía, política, cultura etc. Esto lo podemos ver con Bauman, Deleuzze, Vattimo, Habermas, Lipovetsky entre otros. Donde básicamente se mira a una sociedad desde distintos ámbitos, pero también se contrasta con el antes y el ahora (tradición) y así observar ¿Qué cambio de pensamientos ha tenido a lo largo del tiempo? Y muy concienzudamente formar a partir de esos cambios, propuestas filosóficas para explicar dichos cambios desde un concepto.
Otra de las funciones del ensayo, es formar la capacidad argumentativa del filósofo en la escritura, para que éste tenga una mayor crítica y reflexión sobre lo que viene pasando en su contexto. Y mediante lo escrito, presente sus puntos de vista, gracias a la formación argumentativa y propositiva que tiene dentro de la escuela en la que se encuentra inscripto.
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