El proceso educativo de las distintas épocas históricas de Colombia ha
tenido unas finalidades, objetivos y propósitos que buscan no sólo formar un
ciudadano coherente para participar dentro de los mecanismos de participación
democrático sino que sea un intelectual crítico analítico o reflexivo de los
problemas sociales, culturales o políticos atravesados según el momento de la
historia; pero en especial, también tenga la capacidad participativa proactiva
de aportar a la solución desde las técnicas aprenhendidas de su ciencia o
disciplina.
En el caso de los estudiantes de Filosofía & Letras, la finalidad no
es simple o llanamente, servirle al país mediante la práctica pedagógica e
investigativa reflexionada desde la transversalización entre Pedagogía,
Filosofía y Literatura, sino formar a los ciudadanos con una mente más abierta
generadora de preguntas que no solamente busquen el desarrollo de la magia y
seducción a través de la lectura- escritura en torno a temas de la filosofía o
literatura, es igualmente, la posibilidad de ver también en el futuro maestro
de Filosofía y Letras, un sujeto cuestionador de los problemas de su tiempo,
utilizador de una reflexión que ha aprendido desde Sócrates hasta los teóricos
contemporáneos, para buscar una conciencia analítica-crítica buscadora de
soluciones no violentas, sino mediadas por el eje del diálogo cuya finalidad es
buscar el punto de tensión, y así generar una pregunta para la búsqueda de
solución respecto al conflicto.
El primer fin de la educación colombiana que es:
El
pleno desarrollo de la personalidad sin más limitaciones que las que le imponen
los derechos de los demás y el orden jurídico, dentro de un proceso de
formación integral, física, psíquica, intelectual, moral, espiritual, social,
afectiva, ética, cívica y demás valores humanos. (2)
En el ejercicio de su rol como maestro, el estudiante de Filosofía y
Letras, busca indagar y ahondar en la
naturaleza de sus estudiantes para preguntarles ¿Por qué tal postura con respecto a algo? ¿Qué características tiene
tal conocimiento de la sociedad y su incidencia en los distintos ámbitos? Esto no solo se hace para el conocimiento de lo que
piensa el otro respecto a un tema o algo en especifico es también para generar
un diálogo dentro del cual se busca un punto de encuentro entre estudiante y maestro, para ver los rasgos comunes
de cada uno, pero en especial los puntos
de igualdad en ambos, para desarrollar una situación de aprendizaje, donde lo
que se busca es formar al estudiante en el desarrollo de la capacidad
investigativa para conocer el origen de un problema por el que atraviesa la
sociedad del momento histórico en la que es formado y educado y en la cual, el maestro
ejecuta su práctica pedagógica e investigativa.
Esto en el papel suena muy bello y seductor, pero en la realidad social
atravesada en nuestro país dentro de los tiempos actuales, son muy pocas las
veces que se puede llevar el diálogo con los estudiantes dentro de la clase de
Filosofía o Literatura, porque los maestros están abocados por cumplir las
actividades inscriptas en los formatos de cada institución educativa ordenados
por la Secretaría
de Educación Municipal o Departamental para
cumplir o mejor rellenar a los estudiantes con los temas consignados para cada
grado y generar un “aprendizaje
significativo”, entonces por esto, no hay tiempo de saber las ideas de
nuestros estudiantes en el aula, de ahí que muchas veces, los maestros o
estudiantes no sepan ¿Quién es éste o está que se encuentra en
el salón? De esto, es que nacen los ghetos en las Instituciones Educativas,
porque como no conocemos lo que piensa el otro en torno a lo ético, moral,
intelectual e identidad social suscitada por él, sin intención se pueden herir
susceptibilidades por ser de esta o de otra manera.
De lo anterior se deduce que el primer fin de la educación Colombiana
que es el aceptar al otro y que él me acepte sin ninguna discriminación se
cumple por decirlo alguna manera “todas las veces” pero otras veces no se
cumple, no por desconocimiento a los fines
sino por la falta de sociabilidad de los estudiantes entre ellos e igualmente por parte del maestro en el aula. Por eso la invitación es realizar con los maestros no solo de filosofía
o Literatura, sino de las distintas
áreas del conocimiento, sacar pequeños espacios de la clase para ahondar en la
naturaleza del estudiante y saber ¿Qué esperan ellos sobre la materia? ¿Cuál
es la incidencia de la materia en su desarrollo personal y social para la vida?
Preguntas a su vez algo pequeñas y
triviales, pero que permiten a los estudiantes conocerse entre ellos lo mismo que
al grupo de maestros y eliminar un poco la discriminación enfrentada
actualmente en las aulas. Para darle cumplimiento al primer fin de la educación
colombiana que es el respeto a la diversidad y a la diferencia.
Ahora bien, el estudiante de Filosofía & Letras dentro del ejercicio
de su práctica pedagógica e investigativa como maestro, busca generar no
solamente una formación de un ciudadano pluralista como ya lo hemos dicho en
éste texto a través de la
Filosofía y Literatura como eje transversal de formación, del
mismo modo, es un sujeto que desarrolla hacía su país un profundo sentido de
pertenencia que no es develado solamente con el análisis crítico y reflexivo
enseñado por él en las aulas de clases para sus estudiantes. No obstante, el
pensamiento filosófico y literario del maestro, le permite ver en su país no
sólo las riquezas imaginativas desde el lenguaje en forma de conceptos o
metáforas sino también en los rituales realizados por la cultura colombiana de
cada lugar del país.
El fin de la Educación Colombiana
donde se apoya lo expuesto es el número 6 que dice así: “El estudio y la
comprensión crítica de la cultura nacional y de la diversidad étnica y cultural
del país, como fundamento de la unidad nacional y de su identidad” (Ibíd.
Pág.2)
Además de la
riqueza del lenguaje en forma de conceptos o metáforas o de los rituales
realizados por la cultura colombiana de cada lugar del país, el maestro de
Filosofía y Letras, busca la frontera de pensamiento que hicieron origen de los
elementos anteriormente expuestos para buscar la comprensión de sentido desde
un análisis crítico y reflexivo sobre los idearios e imaginarios de lo que es
un colombiano en su tierra pero en especial en el ámbito internacional. Y así
develar ¿Por qué ese ser es de esta o de
otra manera en su pensamiento o rituales?
En la actualidad, la identidad del Colombiano en
su pensamiento y lenguaje, ya casi no se estudia no por el desconocimiento por
parte de los maestros, sino que dicho tema pocas veces llama la atención en los
planes de cursos de las ciencias sociales, Filosofía o Literatura, porque hay
que centrarnos en lo actual solamente que es lo violento, tecnológico, la
globalización o lo superficial como es
lo último en la moda, sabiendo que para nosotros llegar a donde estamos debemos
conocer como mínimo elementos del nacimiento de la república lo mismo que para
comprender en gran medida los movimientos de la Literatura actual, se debe
tener un bagaje de las corrientes literarias nacientes en la república o en la Nueva Granada.
Esto en gran
medida no es solamente la necesidad de tener un pensamiento más abierto desde
lo histórico sino como diría Gadamer, es para tener un diálogo con la tradición
y tener una mayor apertura de pensamiento que permite al sujeto generarse
nuevas preguntas o complementar las que tiene mediante lo leído en las
tradiciones que le antecedieron. De lo anterior se deduce que las personas
conocedoras de la Historia ,
más bien de la evolución del pueblo Colombiano son muy pocas a parte de los
historiadores, algunos estudiantes y maestros de humanidades lo mismo que unos
pocos de ciencias exactas para comprender el papel de las ciencias en la
historia del país.
Es por eso que si
pretendemos formar a un estudiante crítico analítico o reflexivo no sólo en
Filosofía o Literatura y en otras áreas del conocimiento, le debemos enseñar en
las aulas de clases la historia del país a través de las tradiciones sociales,
culturales, económicas y políticas, para desarrollar en él, no solamente un pensamiento
histórico más abierta sino la capacidad de comprensión de los momentos vividos
actualmente en el país, que no surgieron de la nada y que otros eventos fueron
la antesala para el desarrollo de los mismos.
Además si se
realiza lo expuesto, se estaría cumpliendo el fin de la educación colombiana
número 6 que es enseñar de manera crítica y reflexiva la historia e identidad
nacional; lo mismo que la comprensión de las etnias y culturas indígenas
habitantes de Colombia.
En conclusión, si
se suscita un pensamiento filosófico- Literario de los fines de la educación
colombiana, no se daría cumplimiento necesariamente a los fines enunciados en
el escrito, mediante dicha suscitación se podría cumplir los demás fines,
porque si miramos la filosofía, ella generaría el pensamiento para una
comprensión de mayor apertura; la literatura generaría el imaginario social y
cultural para analizar de una manera más reflexiva el lenguaje de los sujetos
exponentes de los fines de la educación colombiana, los cuales tuvieron la
misión de formar las generaciones de 1994 año de su origen si no las futuras
sucesoras del mismo.
BIBLIOGRAFÍA
à
CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA (Ley General de Educación) Acuerdo
Suscrito el 8 de febrero de 1994. Bogota.
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