Atenea la Guerrera parida de la cabeza de su padre Zeus para ser la guía del pueblo Griego desde y para el Conocimiento y la Sabiduría. |
“Las mujeres han servido todos estos
siglos de espejos que poseían el poder mágico delicioso de reflejar la figura
de un hombre el doble de su tamaño natural”
Anónimo
Palabras Claves: Mujer, Seducción,
Mitología, Psicología, Análisis, Crítica, Historia y Reflexión.
La mujer ha sido
tema de distintas perspectivas en las humanidades, pero en especial dentro de
la literatura de todos los tiempos, porque ha sido la musa generadora de los
escritos más recurrentes pero a la vez más seductores, que van desde lo erótico
hasta la épica.
En nuestro caso, la
figura de mujer que se quiere resaltar es la mujer sabía, más conocido dentro
de nuestro haberes como la diosa Atenea. Si miramos la mitología griega, se
dice que nació de la cabeza del Dios Zeus, porque según se cuenta, su padre se
había devorado a su madre Menis porque
el oráculo, había pronosticado que los hijos de esta iban acabar con
Zeus y su reinado.
A pesar de
esto, Atenea, representa la observación,
el sigilo, la prudencia y la discreción para el empleo del conocimiento, la
justicia, las artes y otras habilidades poseídas por ella dentro o fuera del monte olimpo. Pero esto se debe no sólo por ser la hija del
Dios Zeus, para ser una sagaz estratega aplicando todo lo dictado u
aprehendido, sino que la herencia dejada por su madre Menis que es la prudencia
y discreción a la hora de realizar las cosas.
Atenea la mediadora de los Dioses pero también la de "ojos de lechuza" que busca enseñarnos la importancia de la observación en la Filosofía. |
Porque muy al pesar
de la diosa, ella toma elementos de su progenitora que conoce o desconoce,
puesto que tiene muchas virtudes, pero tiene un elemento muy nocivo más
conocido como orgullo, ya que ella se denomina hija de su padre y desconoce la
incidencia de la madre dentro del proceso de procreación.
Es aquí donde vemos
que el papel de la mujer en la mitología, está enlazado con ayudar al hombre,
brindándole ánimos, consejos sobre los diversos frutos habidos en los campos,
lo mismo que generando un espacio de reflexión entre el combate y el descanso
de la batalla, para ser una persona de pensamiento calmado y mesurado, porque
si hemos leído la tradición, Atenea, nos invita a ser personas de mucha calma,
pero también a tener la sagacidad del hombre a la hora de acabar con el
enemigo, porque éste rasgo masculino es de admirar en la diosa, porque en su
época, nadie esperaba que una mujer poseyera esos rasgos.
En nuestra época
actual, me pregunto yo como estudiante de Filosofía & Letras, tenemos
todavía mujeres como Atenea, sigilosas como el hombre, pero con más astucia que
él para no dejarse llevar por la pasión de la ira o mediática como las mujeres
para buscar la conciliación entre lo épico y lo trágico.
La respuesta a
esto, según la psiquiatra norteamericana
Jean Shinoda Bolen en libro las diosas de cada mujer:
La perspicacia de
Atenea, permite a una mujer recorrer su camino de manera eficaz en situaciones
que son tan importantes: las consideraciones políticas o económicas. Tal vez,
porque utiliza su capacidad para pensar con arreglo a una estrategia para
continuar sus propios proyectos, o como compañera-consejera de un hombre
ambicioso en ascenso. En cualquiera de los casos, el arquetipo de Atenea rige
en mujeres que conocen cual es el “mínimo aceptable”, cuya inteligencia está
orientado hacia lo práctico y lo pragmático, y sus acciones no están
determinadas por emociones o influidas por el sentimiento (116)
De lo anterior
podemos deducir que una mujer del estilo de Atenea, en la mitología, representa
lo racional, lo práctico pero en especial, la templanza de carácter suscitado
por las mujeres en casa, mientras sus esposos, se encuentran jugando al ego
(combatiendo) para tener un determinado territorio o simplemente morir de
manera digna.
A pesar de Atenea,
no poseer hijos, siempre se comportó como una madre conciliadora con los héroes
que ella protegía dentro de las batallas. Y esto le brinda a la diosa,
destellos de instintos maternal, donde se ve como alguien benévolo pero antes
que nada con sentimientos como si fuera cualquier mortal.
Pero esta
benevolencia y sentimientos humanos, no eran para mostrar como un ser
protector, ante sus súbditos del pueblo Ateniense o Ático. Sino para dejar
entrever el poder poseído por ella, al ser la hija del Dios todo poderoso Zeus
y la incidencia participativa dentro de las batallas de forma igual o superior
a Hera, la legitima esposa de su padre. Como vemos en esto, lo que se busca en
el papel de la mujer en la mitología es ver ¿Quién era la más poderosa? ¿Cuál era el protegido más especial para
ellas? O en los cánones de la
belleza ¿Quién supera en belleza a la
diosa Hera o Atenea?
De esto deducimos,
que la mujer siempre busca la competencia o el poder a través de ella, para
verse no sólo más bella ante los demás sino sentir la satisfacción de haber
ganado la partido. Con esto decimos que la mujer en la mitología, es épica,
porque puede no coger una espada, pero con sus torneadas cinturas y senos
erguidos hacen que un pueblo entero se pueda matar, tal y como pasó en la Ilíada. Porque
Helena, quiso dejarse llevar por sus devaneos y no tuvo el sigilo de ser una
buena estratega.
En conclusión en la
primera parte del ensayo, se buscó mostrar mediante argumentos la importancia
del papel de la mujer en la mitología: Atenea y además la incidencia que esta
tuvo dentro del desarrollo de las mujeres de su tiempo, para generar polémica
por su carácter intelectual y de guerrera.
Para la próxima entrega, se buscará mostrar desde la argumentación el
papel de la mujer en la forma de la sabia, desde diversos tiempos históricos,
lo mismo que de autores de todas las ramas del conocimiento.
Bibliografía
·
BOLEN, Jean Shinoda. LAS
DIOSAS DE CADA MUJER “Una Nueva psicología femenina”. Barcelona: Editorial
Kairós S.A. 2010. Traducción: Alfonso Colodrón.
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