El hombre de nuestro tiempo, constantemente está tratando de reconocerse
en su día a día, pero en ocasiones lo logra y a veces dentro de diversas
oportunidades no tanto, porque se da cuenta que para llegar a ese estado, debe
estar re-planteando muchas de las cosas que piensa o simplemente estar listo
para cambiar y adaptarse al resultado que esto efectúa en su personalidad.
Thomas Hobbes, uno de los
pioneros de la Filosofía
Política, la cual promulga
la igualdad de los hombres
a través del concepto de Estado.
No obstante, el concepto de reconocimiento, no es una mirada planteada
solamente en lo actual por los aceleres que generan los distintos fenómenos
sociales, culturales, económicos y políticos vividos por nosotros, sino que
Thomas Hobbes en el siglo XVI también ya lo había avizorado en su texto “el
ciudadano”:
Los hombres dotados de dichas facultades; y si lo han
nacido aptos para vivir en sociedad y para conservarse frente a la violencia
mutua, y esto en virtud de qué facultad; pasaremos después a mostrar qué
acuerdo es necesario tomar en este terreno y cuáles son las condiciones de la
sociedad o de la paz humana; dicho de otra forma, expondremos cuáles son las
leyes fundamentales de la naturaleza (14)
En otras palabras, para llegar al reconocimiento, el hombre debe estar
dotado de sus facultades humanas como son el pensamiento, la experiencia, la
razón, la pasión y por último la fuerza corporal, porque gracias a esto, podría
vivir en sociedad, no solamente para el goce del aprecio de la comunidad como
nos dice el autor, sino también, es mediante lo social, donde podemos comprender, analizar
y formar un pensamiento crítico y reflexivo, plantearnos distintas de
reconocernos en un encuentro con nosotros mismos, pero en especial, con el otro
y así generar lazos de amistad gracias a la paz.
La identidad, es el reconocimiento que
busca el sujeto de nuestro tiempo y que
Hobbes, también confrontó en el
contexto histórico, donde vivió.
De la misma forma, esto se vive en nuestro
día a día.
Cuando decíamos al principio del texto, que en ocasiones al hombre, se
le hacía difícil en ciertas oportunidades el reconocimiento de sí mismo, es
porque los fenómenos vividos en su actualidad, han hecho que sepierde de un momento a otro, para volverse el
de “contactos” reales o imaginarios; entonces esto suscita,que las relaciones sean por unos determinados
“intereses” o simplemente se busque aliarse con alguien para suplir una
necesidad que tiene en una determinada época de la existencia de diversas
características generando así una deuda de gratitud que en un futuro lejano,
tendría que pagarla como sea.
Ahora bien para el siguiente argumento, nos hemos apoyado en una cita de
Hobbes:
Los hombres se deducen de lo que hacen una vez
agrupados. Ya que si reúnen por razones
comerciales, cada uno busca su propio provecho, no el del socio, y si es por
razón de algún cargo, nace entonces una cierta amistad pública que tiene más de
miedo mutuo que de amor; por consiguiente, a veces surge una facción pero nunca
la benevolencia. (Ciudadano. Pág.15)
El hombre de nuestro tiempo, es
una persona que tiene un
cambio constante de identidad
por los fenómenos en los que
vive dentro de su actualidad.
Esto nos deja entrever que los hombres actuales buscan en sus contactos,
lo mismo que buscaban los miembros del estado de ciudadanía en el siglo XVI,
alguien con benevolencia, para que los ayude en el momento precario, tal y como
lo hemos expresado, pero sin embargo, la diferencia radica, es que ellos podían
verlos en las altas organizaciones sociales cuando quisieran o lo mandara
llamar. En cambio nosotros al “contacto” que nos ayuda solo lo hemos si acaso
una vez en la vida a nivel de contacto físico, ya que de resto, todo ha sido a
través del mundo virtual que es quien nos maneja en la actualidad. Por lo
anterior, estamos expuestos que la deuda
de gratitud sea cobrada en cualquier momento, sin saber la circunstancia o
motivo de dicho cobro de ella.
De la misma forma, en el “Leviatán”, se nos plantea que el hombre tiene
tres causas de discordia; a pesar de ser hace 5 siglos todavía siguen
aplicándose: la competencia, la desconfianza y la gloria. La primera, por estar
llenos constantemente de miedos a que se nos vulnere la identidad que creamos o
configuramos en cada encuentro que tenemos con nosotros mismos o gracias a las
visiones de la sociedad; la segunda, en cambio, por no querer compartir con el
otro nuestros lados flacos o negativos, pues no conviene que se nos confronte
hacia ello, por la histeria a mostrarse débil frente a quienes conocemos o simplemente por no tener la autonomía en
dejar caer la máscara que tenemos puesta, de la misma forma, que gracias a
ella, podemos proyectarnos como queramos sin que nadie se dé cuenta.
Por último, la gloria, es la necesidad que ha tenido el hombre por todos
los tiempos históricos habidos por haber a lo largo de la existencia humana,
para ser exaltado en los valores éticos, morales, sociales, culturales y
políticos generados por el reconocimiento no solamente planteado por Hobbes
sino por nuestra actual cultura.
En conclusión, el reconocimiento, debe ser creado gracias al liderazgo
del hombre, porque de lo contrario, el miedo y el desinterés, dejarían por la
borda todo el valor histórico que se tiene, pues al dejarse vencer ya se
subestimaría como ser hablante y habitante de la cultura, gracias a los
derechos naturales.
Ana María y Luisa Fernanda, son
dos personas totalmente distintas,
pero ambas, siempre han buscado
a través de su experiencia de mundo,
enseñarme a ser mejor cada día, pero
ante todo, guiarme a través de sus
palabras.
Apreciadas amigas, durante esta semana
son homenajeadas por el nuevo año que ambas comienzan. Esta pequeña columna, es
un detalle que quiero tener con ustedes, puesto que siempre han estado conmigo
en mí crecimiento personal y profesional, eso es algo muy significativo, porque
la vida, me ha dado la oportunidad de aprender de sus consejos y enseñarle a los
estudiantes desde las charlas que hemos tenido los tres en distintos espacios a
nivel de la existencia humana.
Ana María, es una persona que ha sido
mi cómplice en todas las historias
que me han pasado en estos 4 años
de amistad, la mejor frase para decirte
lo importante que eres es: "Te aprecio y te quiero"
porque has sido una amiga leal y sincera.
Un abrazo y gracias, es la mejor
manera de agradecer a la providencia de tenerlas conmigo cada momento e instante,
cuando necesito un consejo, una ayuda, pero ante todo, una mano, que
constantemente busca estimular mí talento humano.
Luisa Fernanda, te agradezco por
las charlas y discusiones que hemos
tenido, porque gracias a ellos, he
podido agudizar mis puntos de vista
en relación con la filosofía
y las Humanidades. Espero que siempre
sea así.
A Luisa Fernanda, le debo el publicar
muchos de las escrituras que he realizado en el maravilloso equipo de letras simbólicas,
al cual pude leer gente maravillosa como las bellas Morus Gómez y Catalina
Montoya, lo mismo que otras promesas de la filosofía, las humanidades y la
literatura.
Ana María, en cambio, me enseñó a valorar
los pequeños detalles a través de su humor inocente, el cual se veía reflejado
en su sonrisa o en los chistes que me mostraba en el Facebook cuando hablábamos.
Espero que en el año 2013, nos sigamos
contando más historias cada día, pero muy significativamente, seamos los
mejores amigos.
Gracias amigas cancerianas, por los
constantes diálogos para enseñarme los caminos del conocimiento y de la
humanidad, mediante su intuición y miradas de mujer.
Aprecios.
Juan Esteban López Agudelo
Luisa Fernanda Vanegas, nace en Medellín, un 25 de junio en el seno de un hogar
lleno de paz y amor, donde estaban bienaventurados esperando su nacimiento, ya
que ella, ha sido líder innata, no solo por su liderazgo ejercido por su
liderazgo, para emprender con entusiasmo cada proyecto, sino porque
constantemente, busca descubrir talentos y sueños que otros muchas veces no se
han dado cuenta. Es una lectora innata de la obra de Vargas Llosa, Flaubert,
Wilde, Pedro Arturo Estrada, Cervantes, entre muchos; habilidosa con la fotografía,
pues sabe que una foto, es una composición literaria por excelencia y se esmera
con mucha pasión, para que le salga perfecta. De la misma forma, es una conversadora multifacética, lo que hace al interlocutor, sentirse a gusto y feliz al lado de ella.
Ana María Aristizábal Hoyos, Nace el 28
de junio de 1993 en el municipio de Granada Antioquia, se ha destacado por ser una
de las mejores estudiantes de la Escuela
Normal Superior de Medellín cuando transitó por sus aulas como estudiantes. De ello,
doy fe, puesto que acompañé su proceso formativo en el grado 11º 2009 en el I
periodo.
Sus intereses fueron por la biología,
más exactamente la microbiología, que es el estudio de las pequeñas partículas que
tiene nuestro organismo en cada una de sus partes. Adicional a ello, se destaca
por ser una excelente melómana de música
contemporánea y además por tener una hermosura y dulzura que la hacen ser
querida por todos los que la rodeamos, pero ante todo, de ella, lo más
admirable, es su carisma.
Pasiones Secretas, es una película
del Director francés Jean Claude
Brisseau, el cual, nos quiere
enseñar la capacidad discursiva
que tiene la sexualidad para
persuadir a los sujetos y hagan
lo que otros desean y así se
dobleguen su voluntad
a lo más íntimo de sus
pasiones humanas.
El sexo, ha sido el poder
de los instintos y pasiones humanas, ya que siempre logra mostrarnos la
rendición o el triunfo que un sujeto tiene sobre otro. Aunque en ocasiones, es
también el encuentro de dos almas que buscan en el placer, el encuentro del
deseo y la fascinación; en la película “pasiones secretas” del director francés Jean Claude Brisseau, se
nos refleja todos los elementos anteriormente expuestos e igualmente, también
podemos confrontar la teoría freudiana del Ethos y del Tánathos.
Ahora bien, como se
configura esta teoría del psicoanálisis en esta película, es de la siguiente
manera:
Sandrine, es la niña
“ingenua” que busca explorar en su sexualidad, un encuentro consigo misma, pero
ante todo, quiere saber la incidencia que esto tiene para su goce personal,
aunque no obstante, ella a medida que pasa el desarrollo de la historia, se da cuenta, que
el sexo y su sensualidad, puede generar manipulación, pero en especial,
fascinación a los individuos, en los cuales, se tiene un determinado interés
para poder acceder a las mejores posiciones sociales. En este caso, por
Christopher, el hijo del dueño de la compañía, donde trabaja como secretaria
del señor Delacroix.
La Naturaleza Humana, busca en
su sexualidad, explorar cada una
de las partes de su cuerpo, para
encontrar eso que se llama el goce
o el tan anhelado clímax del placer
y así potencionarlo en cada encuentro
de la sexualidad en compañía o en solitario.
Por otro lado, Nathaniel,
la compañera de la protagonista, es una persona que refleja en su sexualidad,
el goce desenfrenado de sus instintos
humanos, sin embargo, lo más llamativo de su personalidad, es la capacidad que tiene para confrontar a los
hombres a través de la sexualidad y descubrir los verdaderos matices en
relación con su personalidad.
No obstante, ella, también
le refleja al espectador, que en la sexualidad con Christopher, es una especie de aniquilamiento que ella tiene consigo misma, ya que tenía
como regla, no enamorarse de los hombres, entonces se sentía aniquilada como
mujer, cuando comprobó el goce y el placer pasional de las manos de este
hombre.
Sandrine y Nathaniel, son el Ethos y el Tánatos, porque a través del sexo,
buscan dar sentido a su existencia como
habitantes de la cultura, pero ante todo, quieren encontrar
un lugar en el mundo, que no ha sido justa con ambas
o simplemente manipularlo a través a sus deseos
y placeres; de la misma forma, se concentran
en aprender la una de la otra o simplemente
en competir.
Delacroix, es un personaje
intermedio en la película, pero si nos detenemos analizar su función, nos damos
cuenta de que gracias a él, podremos darnos cuenta la incidencia que tuvo la
bella Sandrine, en la existencia de este personaje, por haberle devuelto esas
ganas de vivir, que había perdido gracias a la cotidianidad del día a día en la
compañía, lo mismo que la vitalidad para gozar y sentirse vivo sexualmente.
Los personajes de pasiones secretas,
buscan su propio beneficio, ayudando
al otro a satisfacer sus propios placeres
y esto se refleja en los personajes masculinos
de la cinta.
Pero a la final este
personaje, tuvo que pagar la consecuencia de haberse dejado llevar de su
desenfreno e impulso sexual, pues al enterarse Christopher de los mismos, los
usó como arma de chantaje, para que lo dejara vigilar, durante su desempeño en
la compañía de su padre. De la misma forma, Delacroix, nos muestra el
significado del amor sincero hacia la bella protagonista, pues a pesar de no
saber las intenciones de ella, siempre la amó a pesar de todo, aceptó sus
condiciones y constantemente buscó la manera de preservar la relación, así
fuera aceptando los encuentros lujuriosos que habían entre Sandrine y
Nathaniel, los cuales, fueron el clímax de excitación y misterio, durante toda
la película.
Pasiones Secretas, es una
de esas películas que su espectador cuando la mira, se da cuenta, de la
incidencia que tiene la sexualidad para cada uno de sus personajes, como un
goce, pero también como una destrucción, donde pueden darse cuenta de la
capacidad que tiene ese otro como sujeto proporcionador de placeres o mediación
hacia el alcance de ayudarle a formar su propia tragedia humana. Tal y como se
ve, durante toda la trama con el personaje de Christopher, el hijo del dueño de
la compañía, donde trabajaban las protagonistas, el cual usó el sexo, desde la
ambivalencia de la destrucción y del placer. Puesto que siempre buscaba manipular o
simplemente utilizar a los demás a su provecho y conocer sus debilidades desde
la sexualidad, para lograr que sucumbieran a sus deseos.
La excitación, es la clave para comprender el
goce del desenfreno de los personajes en
pasiones secretas.
Por último quisiéramos decir,
que en este film del cine francés,
podemos comprender e interpretar, algunos de los fines y alcances que pueden
lograr los sujetos a través de los rituales de la sexualidad, pero ante todo
del poder que esta práctica tiene como discurso.
Antes
solíamos pensar, que el poder era una lucha constante entre los fuertes y los
débiles, pero con los años, nos hemos dado cuenta que el sujeto encargado de
manejarlo, muchas veces, no necesita de la fuerza bruta para ejercerlo ante su
población o equipo de trabajo, ni mucho menos, es de carácter débil, por el
contrario, cada día se nos muestra a las personas que lo poseen como seres cotidianos que sienten y piensan las necesidades de otros, las cuales son articuladas a su propuesta ideológica en relación con su comunidad, pero en especial a su proyecto de vida.
El poder, es la estrategia de persuasión
que un líder utiliza, para mostrarse
ante su grupo de personas como una
pensamiento de mayor comprensión e
interpretación de las preguntas de la cultura,
pero ante todo, de la sociedad en estos
tiempos actuales.
Por otra parte, Foucault, nos
plantea en su texto “La Arqueología de Saber” que el poder no es tanto desde el
ejercicio intelectual sino desde la forma discursiva por lo siguiente:
Sobre un tipo
definido y normativo de enunciación? Pero he encontrado formulaciones de
niveles sobremanera diferentes y de funciones sobremanera heterogéneas, para
poder ligarse y componerse en una figura única y para asimilar a través del
tiempo, más allá de las obras individuales, una especie de gran texto
ininterrumpido. , Sobre un alfabeto bien definido de nociones? (62)
Esto nos enseña, que el discurso, es una figura inagotable de
conocimiento acerca del poder que tiene su autor o quien lo pronuncia, puesto que tiene que asimilar las
distintas formas ideológicas que se suscitan en los hechos históricos que pasan
durante su época de trabajo en la población o equipo, si no es así,
el trabajo conceptual, que se ha elaborado, en su desarrollo en su capacidad
discursiva, perdería el cauce de su intencionalidad, lo mismo que su construcción, la cual se realizó para llegar mucho más allá de quien
antecede.
Las Redes Sociales, es la mediación, por la
cual los líderes dan a conocer su
capacidad discursiva, para atraer más
seguidores a su propuesta de pensamiento
e interpretación ideológica e igualmente
el espacio del debate y la discusión
de una ética del encuentro.
Adicional a lo anterior, el discurso como capacidad de persuadir, más bien de seducir en nuestros tiempos
actuales, se rige es por el interés que “X” tiene
en “B” para un fin, pues como bien, somo sujetos que constantemente estamos buscando, en otros algo a cambio por un beneficio o interés, gracias a un bien poseído;
para que más adelante, se lo paguemos con algo de su necesidad o simplemente se
genere un vínculo de relación entre los protagonistas del interés.
Cabría preguntarnos, sí esto es malo o es bueno, más bien, todo depende de los hechos históricos,
sociales, culturales, económicos y políticos que generaron la alianza entre los
sujetos de “X” con los de “B”
Al
respecto sobre lo anterior, Foucault, nos dice:
Las relaciones
discursivas. Según se ve, no son internas del discurso: no ligan entre ellos
los conceptos o las palabras: no establecen entre las frases o las
proposiciones una arquitectura deductiva o retórica. Pero no sin embargo, Unas
relaciones exteriores aI discurso que lo limitarían, o le impondrían ciertas
formas, o lo obligarían, en ciertas circunstancias, a enunciar ciertas cosas.
Se hallan, en cierto modo, en el límite del discurso: le ofrecen los objetos de
que puede hablar, o más bien (pues esta imagen de ofrecimiento, que Suponeque
los objetos están formados de un lado y el discurso del otro) determinan el haz
de relaciones que el discurso debe efectuar para poder hablar de tales y cuales
objetos, para poder tratarlas, nombrarlos, analizarlos, clasificarlos,
explicados, etc. Estas relaciones caracterizan no a la lengua que utiliza
(76-77)
En otras palabras, el interés no se genera tanto por
obtener relaciones discursivas o un beneficio de los protagonistas, se trata es
de buscar el diálogo para mostrar que los sujetos necesitan de los objetos que
caracterizan al uno del otro, ya que estos generarían en su lugar de origen,
una mayor calidad de vida o solamente un desarrollo más óptimo en los distintos
ámbitos que subyacen la cotidianidad de dicho lugar. Dirigido u orientado por
un sujeto elegido entre su grupo como el líder.
Las
mayores características humanas que tienen su comportamiento según Max Weber:
1.La
tradición: porque reconoce el orden, por el cual se maneja la autoridad y las
instituciones; a la par, analiza las organizaciones, para tener una mayor
comprensión.
2.El
carisma: capacidad de aceptar el manejo del poder por parte de otra persona,
por la identificación de sus características personales como simpatía,
habilidad social, empatía entre otros.
3.Legitimidad
o autoridad legal: es la aceptación del ejercicio del poder desde el orden
jerárquico, es decir, que la persona se encuentre apoyada por una organización
legítima del estado.
El poder, es un debate constante
entre los conceptos de tradición e
innovación, puesto que ambos, buscan
la misma finalidad que es la preservación
del bien y de los intereses del hombre
como habitante de la cultura.
La
anterior cita textual, comparte la idea de que el poder, no es tanto desde la
capacidad de persuasión o seducción de quien lo utiliza, sino desde el discurso, subyace los elementos anteriormente expuestos, no es solamente un conjunto
de nociones armadas a partir de una propuesta conceptual, el poder de
nuestro tiempo, es un ejercicio de estrategia, donde la persona que lo tiene a
su cargo es dirigida por una perspectiva política, pero ante todo, con un apoyo
de una organización del estado, para tener un desempeño crítico, analítico y
reflexivo.
Puesto que sí no es así, se estaría desarrollando una dictadura, donde no se podría realizar el ejercicio de la confrontación a quien la
dirige nuestros destinos en el estado a través del diálogo, sino más bien, se tendría que utilizar la violencia para llegar a un consenso. Contrario a esto, el poder,
es la capacidad que tenemos para influir en otros según los virajes legales que se nos abren
gracias a la filosofía política.
A manera de conclusión, podríamos decir que el
ejercicio de poder, es el ejercicio del carácter, porque si no fuera en esta
forma, caeríamos en la manipulación de una persona con un comportamiento
incorrecto o simplemente embaucador y nos dejaría sin nuestras posesiones el
día de mañana.
Bibliografía
Foucault, Michel. Las Palabras y las Cosas. Barcelona: Siglo Veintiuno Editores, 1978.
El hombre postmoderno,
se encuentra en una
constante confusión,
puesto que sus relaciones
son tan efímeras que no
se ha detenido a pensar
y reflexionar si eso es lo
que quiere para su vida.
La vida es el ideal que se
persigue, es la tesis que vamos a tratar de responder en el siguiente escrito. Pero enfocado en el
hombre de nuestra cultura postmoderna, puesto que sí no es así, estaríamos
haciendo un trabajo descontextualizado a las necesidades educativas, sociales,
culturales, económicas y políticas que tiene nuestra cultura en relación con la
mirada del ser día tras día.
El concepto de
postmodernidad según Francois Lyotard:
LaCondición postmodernade nuestra cultura como una
emancipación de la razón y de la libertad de la influencia ejercida por los
“grandes relatos”, los cuales, siendo totalitarios, resultaban nocivos para el
ser humano porque buscaban una homogeneización que elimina toda diversidad y
pluralidad: “Por eso, la Posmodernidad se presenta como una reivindicación de
lo individual y local frente a lo universal. La fragmentación, la babelización,
no es ya considerada un mal sino un estado positivo” porque “permite la
liberación del individuo, quien despojado de las ilusiones de las utopías
centradas en la lucha por un futuro utópico, puede vivir libremente y gozar el
presente siguiendo sus inclinaciones y sus gustos”. (Vásquez Ctdo a Lyotard)
Lo dicho por el autor, nos
enseña que la vida del hombre de nuestro tiempo, no está enfocada su
razonamiento solamente, tal y como lo era en la modernidad, en su
espiritualidad a Dios y la naturaleza desde los antiguos o en la búsqueda de su
ser desde lo psicológico, emocional o en distintas dimensiones como lo hicimos
durante mucho en la contemporaneidad.
El encuentro, es una de las cosas
que el hombre de hoy ha perdido
por encontrarse encerrado en la
cadena de su soledad, formada
por el individualismo.
El hombre postmoderno, reúne
todo los elementos anteriormente expuestos, porque ya no solo mira su ser
enfocado en todas sus dimensiones, también se analiza constantemente en su
cotidianidad, porque se ha dado cuenta que no siempre es igual, sino que todos
sus ideales van en constante cambio según los fenómenos que se vayan dando.
No obstante, la formación en
el siglo XXI es uno grandes ideales de vida, debido a la necesidad que tiene el
sujeto de conocer su pasado y presente para confrontarlo de manera reiterada,
hacía una comprensión, interpretación y análisis de los valores, actos o comportamientos
inmersos en cada uno de los discursos que se encuentran sustentados en las
ciencias o distintas áreas del conocimiento.
La fragilidad humana, se da día tras día
por el miedo o el desconcierto que se
genera el compartir con el otro, lo que somos
detrás de la máscara.
De ahí la incidencia de
Lyotard en los distintos metarrelatos que la postmodernidad en su vida persigue
con tanto ahínco, pues gracias a ellos podemos comprender el carácter reflexivo
y los distintos cambios que tiene cada etapa de acercamiento a lo adquirido por
el hombre.
LA
EDUCACIÓN COMO IDEAL QUE SE PERSIGUE EN LO POSTMODERNO
Cuando miramos la educación
desde distintos lentes, nos damos cuenta que ella ha sido el cultivo que el hombre
siempre ha buscado para crecer en su proyecto de vida, pero en especial, es un
ideal de vida que sigue, pues le permite ampliar sus horizontes de comprensión
como habitante de la cultura; pero ante todo, ubicarse en el espacio- tiempo
gracias al proceso educativo que emprende en su existencia humana.
Pues como dice Gadamer:
Es
un educarse como el que percibo en particular en la satisfacción que uno tiene
de niño y como alguien que va creciendo cuando empieza a repetir lo que no
entiende. Por fin lo ha dicho bien, y entonces está orgulloso y radiante.
Así, debemos partir quizá de estos inicios para no olvidar jamás que nos
educamos a nosotros mismos, que uno se educa y que el llamado educador
participa sólo, por ejemplo como maestro o como madre, con una modesta
contribución. Veremos todavía todo lo que esto implica. Si se me permite el
recuerdo de mi propia infancia y de la de otros que conozco de mi propia vida
familiar, esto será, claro está, sólo una ilustración que cualquiera podría
aportar. Es patente que el momento en que, después de los padres, empiezan
primero el jardín de infancia y después la escuela, significa un gran corte en
estos años de aprender a hablar. Sin duda es un gran paso en el que tiene lugar
algo realmente nuevo, "de la cuna, por así decir, hasta la
sepultura". Me refiero a la relación con los otros seres humanos, la
comunicación.(2)
Lo dicho por el autor, nos
muestra que en nuestro siglo XXI la educación como ideal que persigue el hombre
postmoderno, nos revela que gracias a ella, podemos levantar la frente en alto,
salir a la calle; resaltar a las personas que nos dieron lo mejor de sí mismas
para que seamos lo que somos hoy en nuestro día a día. Igualmente aprender con
los años que los cuidados generados por estas personas, contribuyeron al
aprendizaje de nuestra lengua nativa, pero muy significativamente a reconocer
las distintas formas de ver, analizar y comprender las dinámicas históricas,
culturales, sociales y políticas por las que gira el mundo cada vez que damos un
paso, no solamente desde la escuela, sino hasta que llegamos a la nuestra
morada final que es la muerte.
Por otro lado, en ocasiones,
la memoria y la gratitud en los ideales éticos de la educación postmoderna que
Gadamer constantemente nos recuerda, se han ido perdiendo, no por
desconocimiento de los sujetos en formación, se debe a los fenómenos sociales
presentes en la cotidianidad, los cuales van cambiándose o transformando desde
diversas perspectivas, según el análisis que las ciencias humanas ha realizado
de los mismos para dar con el objeto de su entendimiento o simplemente de la
causa que los generó en nuestras generaciones.
No obstante, que los ideales éticos se han
perdido no solamente por los fenómenos sociales de nuestra época, es porque el
hombre se está dejando llevar por una serie de emociones humanas efímeras que
se conoce como lo líquido, por lo cambiable y variable que son ellas en la expresión
de su trasegar. Según el filósofo Sigmund Bauman en su texto “Modernidad
Líquida”:
Los compromisos duraderos e
irrompibles envueltos en una densa red de instituciones presagian más que
seguridad un destino incierto. Esto mismo se aplica a todas las uniones, ya que
la volatilidad endémica de los compromisos vuelve a la conveniencia que las
cementa frágil y provisoria. Sin embargo, hay una razón en especial que ha
hecho que la unión ortodoxa entre el estado y la nación perdiera gran parte de
su pasado atractivo. Al “delegar” muchas de sus funciones más exigentes (las
económicas y culturales, y cada vez más también las sociales y biopolíticas) a
las fuerzas “desreguladas” del mercado, el estado puede hacer un uso muy
limitado y apenas ocasional del enorme potencial de movilización por el que las
naciones solían ser una compañía bienvenida, y por cierto indispensable, del
estado que luchaba por legitimarse.(1)
Esta cita textual nos plantea que los sujetos
se dejaron llevar por la liquidez, no es tanto por una “goma” o desafío a los
ideales tradicionales de los contextos que cotidianamente habitan o en los
cuales se generó su proceso formativo, lo momentáneo, adquirió fuerza entre
nosotros como habitantes del mundo, si lo viéramos desde la perspectiva del
autor, es porque gracias a ello, podemos constantemente configurarnos momento a
momento a las seducciones continuas que el mercado nos muestra a través de sus
productos, para aliviar un poco las cargas que tenemos por el trabajo o el
estudio. Del mismo modo, lo efímero se da también, porque la economía y la
política, nos piden ideas progresistas, entonces detenernos a pensar desde los
valores que fuimos educados en casa, hace que se pierda en ocasiones los
potenciales de la nación que es el dinero y las ayudas.
La invitación que hace el hombre postmoderno,
es que su vida como ideal que se persigue, que la educación ayude a buscar
salidas de los laberintos generados por los fenómenos sociales, para que tenga
una vida de encuentro consigo mismo, pero muy significativamente aprenda el
desarrollo de la capacidad de comunicar y expresar sus sentimientos y
pensamientos hacia el otro, que es su contrario o en ocasiones su amigo que
está a las puertas de la escucha, para reconocer en sí nuevos horizontes de
comprensión.
Además gracias a dicho encuentro, el hombre,
puede complementar su personalidad con nuevos elementos que le permiten
reconocerse a sí mismo en un espacio y tiempo determinado; a la hora de
plantearse interrogantes que subyacen en su existencia.
LOS
VALORES DEL HOMBRE POSTMODERNO
En una vida tan acelerada como la que vive el
hombre de nuestros tiempos actuales, los valores como lo hemos planteado en el
escrito se han perdido, no tanto por desconocimiento de los mismos, sino porque
los distintos fenómenos sociales han cambiado las concepciones que se han
tenido de los valores humanos.
Lipovetsky, nos dice:
Las
escuelas de la sospecha, destacan el proceso de liberación del individuo en
relación con las imposiciones colectivas que se concretaba en la liberación
sexual, la emancipación de las costumbres, la ruptura del compromiso
ideológico, la vida a la carta. El hedonismo de la sociedad de consumo había
sacudido los cimientos del orden autoritario, disciplinario y moralista: la era
del vacío (17)
Cuando tomamos la cita
textual de “La Sociedad de la decepción”
es para dejar entrever que el siglo XX nos dejó con la sospecha de que
los valores se perdieron por un deseo irrefrenable de un ideal de libertad,
perseguido por el sujeto de su tiempo, que nuestro siglo se consolidó de una
manera tan abrupta que no le permitió medir las consecuencias. Entonces de ahí
el nacimiento de los fenómenos sociales vividos actualmente tales como: la
virtualización, la pérdida de identidad, la nueva concepción de la pobreza y
riqueza, la sociedad de consumo, la reconfiguración de la cultura como elemento
del espectáculo, el individualismo, la fragilidad de los vínculos humanos entre
otros.
Por otra parte, el elemento
de la sospecha es para devolverle al sujeto el protagonismo que ha ido
perdiendo gracias a los fenómenos anteriormente expuestos, pero sin embargo,
nos hemos dado cuenta, que sospechar es la herramienta que encuentra el sujeto
para ver las causas que la liberación sexual y el hedonismo dejó en su vida,
gracias a los cimientos que de ello surgió; para configurar un ethos, no tanto
materialista en el siglo XXI sino crítico y reflexivo que le señale los caminos
para no dejarse llevar.
A manera de cierre, podemos
concluir que los valores son quienes buscan la reconstrucción de los ideales
del hombre postmoderno, para encausarlo al cauce de su humanidad perdida y así
que no caiga en el abismo de su deshumanización.
Bibliografía:
·Gadamer,
Hans Georg. La Educación es Educarse.
·Lipovetsky,
Gilles. La Sociedad de la Decepción. Barcelona: Anagrama, 2006.
·Bauman,
Zygmund. La Sociedad Situada. México: Fondo de Cultura Económica, 2004.
·Vásquez Roca, Adolfo. Filosofía – Individualismo y Modernidad
Líquida y Desilusión Hipermoderna: de Bauman a Sloterdijk.
Apreciados lectores y amigos, hace más de 3 meses que no habíamos
escrito en nuestra biblioteca, no por falta de ideas, sino por el contrario el
tiempo es cada día es muy limitado, dado las distintas labores en las que me
desempeño, entonces esto me generó algunas imposibilidades para compartir, algunas
de las nuevas escrituras que tenemos destinadas para la publicación, las cuales
serán objeto de diálogo entre nosotros.
Igualmente aprovechamos la oportunidad para decirles que
llevamos dos felices años escribiendo, leyendo y analizando textos de distintas
áreas, los cuales no solo ayudaron a la experiencia de comprensión realizada gracias al
aprendizaje constante, que la cotidianidad y el conocimiento me guían cada día;
de la misma forma, queremos dar gracias
a los lectores y amigos que nos siguen, gracias a los lazos de unión y afectividad que tenemos, que
gracias a sus lecturas y comentarios han atraído otros nuevos lectores, que a pesar de estar en
el anonimato, están pendiente de nosotros, para saber que otros escritos
tenemos en nuestras distintas columnas de temas.
En el año 2013 ya no serán los escritos de la experiencia
de formación universitaria como estudiante o asistente a distintas jornadas de
comunidad académica bajo distintas modalidades, también habrán algunos escritos
de la experiencia docente que estaré llevando a cabo con los estudiantes del
grado 11ºB, 11ºC y Programa de Formación Complementaria de la Escuela Normal
Superior de Medellín que no solo han nutrido mi ser de docente en la literatura
cada día sino que gracias a sus reflexiones temáticas he buscado nuevas fuentes
en la escritura.Por otro lado, las experiencias que como sujeto habitante
del mundo tengo, también me generaran nuevas reflexiones, las cuales se verán plasmadas
en la biblioteca.
Bienvenidos amigos a la lectura de la Columna 114 que se
llama “ Ideales del Hombre Postmoderno” donde pretendemos mostrar los distintos
matices que nuestro tiempo forma en nosotros como sujetos sociales que día tras
día obedecemos gracias a la experiencia de comprensión desde y para el mundo.
No siendo más deseo que tengan un feliz fin de semana y
que nos sigan leyendo.