Desde la antigüedad, los seres humanos, hemos
sido épicos, pero trágicos a la vez. Porque nuestra naturaleza, suele
enseñarnos que debemos ser así, porque gracias a dichos rasgos característicos,
podemos develar lo vivido en nuestro alrededor.
La película, “Las Cosas que Importan”, es
basado en el libro de la escritora norteamericana Anna Quindlen, busca
compartirnos la importancia, de las relaciones de los hijos hacía sus padres,
en los momentos difíciles, pues la temática principal, gira alrededor del
cáncer, que tiene Kathe, interpretada
por la actriz Meryl Streep, cuyo papel es
el de la madre de la protagonista.
Sus relaciones con su hija, siempre habían
sido distantes, porque esta que es representada por Renee Zellweger, observaba
a su madre, como alguien distinto y lejano, por parecerle que su vida de
abnegación y servicio por el prójimo, es algo no importante, para la sociedad.
Diferente a su padre, al que siempre admiró y respaldó por ser un flamante
profesor de Literatura, en la Universidad del Condado, de donde son
originarios. Porque logró estimular constantemente, su curiosidad e ingenio por
la escritura, a través de la lectura de clásicos de la Literatura. Pero antes
que nada, por ver la admiración y respeto que generaba su cátedra en la
universidad.
Dentro del desarrollo de la trama, Ellen, va
comprendiendo, como gracias a su madre, todos en la casa, pudieron alcanzar sus
sueños, sin esperar nada a cambio, sino simplemente viendo la cara de felicidad
de cada uno de ellos, por lo alcanzado. Igualmente, el espectador va viendo,
como el desgaste
físico de la madre, ayuda a la protagonista, a entender
que su madre, siempre la quiso, pero que nunca, había tenido la oportunidad de
decírselo, por centrarse solamente en su padre. Del mismo modo, ya dentro de la
cotidianidad del día a día, piensa, como la vida de un ama de casa, es un
conjunto de complejidades, no tan banal,
como siempre había creído que era toda su vida.
La familia, es quien nos hace más humanos a la hora de ejercer ante la sociedad. |
No obstante, la lección más bella, que nos
enseña la película, es todos los oficios, no son tan grandes, pero tampoco son
tan bajos, como para no merecer un reconocimiento en el diario vivir. Además,
los lazos familiares, constantemente, se retienen que renovar, para no dejarlos
secar, por las problemáticas personales o sociales concurridas dentro del
núcleo de la familia. Por otra parte,
Las Cosas que Importan, busca develarnos, como los hijos tenemos que
compensar algún día de nuestra existencia a vuestros padres, por todos los
sacrificios.
Porque como dice San Agustín, “la gratitud,
es la memoria del corazón”. En la familia de la protagonista, se reitera mucho,
pues todos dejaron, el transcurso normal de sus vidas, por darle la oportunidad
a esa persona que había dejado su propia vida, por ellos, para su realización individual
en todos los planos. Sin embargo, la pareja, siempre se pondrá a prueba, en la
salud y en la enfermedad, vemos como durante el transcurso de la historia,
Ellen, sabia de la infidelidad de su esposo, no se lo reprochó, sino al
contrario, analizó la situación como una necesidad que tenía él como ser humano
de afecto y compañía. Que ella, en ocasiones, no hubiese podido darle por su
enfermedad.
En conclusión, recomiendo, la cinta, porque
permite confrontar todo lo que sentimos y pensamos como personas, sobre la vida
en familia, pero en especial, comprender la función que como integrantes de la
misma, tenemos en la vida de cada uno. De la misma forma, genera el
interrogante: ¿Amamos a nuestra familia,
por lo que ellos nos dan en la dimensión afectiva o como nos lucramos a través de
ella?
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