Los Hombres Invisibles |
Es una obra que marcó mucho mí mirada, ya que Mendoza en ella no solo habla en primera persona dentro de la narración, sino que también muestra la cotidianidad manejada por las personas en los diversos círculos en los que nos encontramos organizados a nivel social, económico y cultural.
El contexto de la novela, se desarrolla dentro de las frías y rígidas calles de Bogotá, y su final se da a través de las selvas exóticas de nuestra costa pacifica, pero especialmente en Bagadó Chocó. Ahora bien, entrando en materia la historia comienza cuando el protagonista, acompaña a su madre a la clínica de reposo, víctima de uno de sus múltiples cambios de personalidad causados por el trastorno bipolar que la aqueja. Allí no solo espera la recuperación de su madre como lo hacía habitualmente sino que conoce a Mariela la hija del arqueólogo Jesús que llega al lugar a visitar a su padre que se encuentra víctima de una demencia senil causada por su estadía durante mucho tiempo en el selvático chocó, donde vivió no solo una serie de aventuras amorosas y arqueológicas, sino que nunca pudo encontrar esos hombres invisibles de los que tanto hablaba en su diario arqueológico.
Adicional a lo expuesto anteriormente, nuestro protagonista realizó una mirada retrospectiva de lo que ha sido su vida a lo largo de sus 30 años de vida, y se encontró con lo siguiente:
En su infancia recuerda la magia y la alegría que le producía los paseos que hacía por el campo con su padre, mientras que éste brindaba sus clases como profesor de veterinaria en la Universidad Nacional. Del mismo modo, evoca las salidas a almorzar por chía donde no sólo su padre era el centro de atracción de sus estudiantes y sus colegas por la gran sabiduría que manejada por él sino también el cariño y regocijo con el que su padre lo ama.
Me llama la atención, que Mendoza, empiece narrando una infancia feliz y que después se derrumbe como cuando a un ciego le quita las sombras de la oscuridad, digo esto porque la adolescencia para éste personaje fue una época difícil, ya que durante esta su padre se jubila de la Universidad Nacional , y se vuelve una persona hosca y dura, porque ya no tiene esa magia que le proyectaba los animales y sus estudiantes, y se aniquila a través del alcohol, con el cual no solo se va matando sino que aleja al protagonista y a su madre.
Ahora bien, en esta época también fue donde le diagnosticaron a su madre el trastorno bipolar, el cual muchas veces le daba una alegría mágica pero otras veces la recluía en el cuarto durante semanas o meses para desfogar periodos de depresión que el protagonista sufría en silencio con ella.
Entonces como ven queridos lectores, éste libro me marcó porque presenta una descripción de cuadros psicológicos en la formación de la personalidad de un SER HUMANO, y la incidencia que estos tienen dentro de la cotidianidad de nuestros hijos.
La adultez del personaje a través de diversos eventos como son:
Ø El matrimonio con Gloria que fue su compañera en los tiempos de la Universidad , con ella no solo comparte espacios de dialogo y algunas aficiones, sino también un buen entendimiento en el plano erótico. Había algo que no encajaba en ellos y era que ella deseaba ser MADRE, pero él no, ya que como comprendemos, él no sentía una gran afición por ser padre por los desaciertos vividos a lo largo de su adolescencia.
Ø La infidelidad de Gloria con un compañero de la universidad, que estuvo marcada con toques de frustración y decepción, ya que su matrimonio representaba el amor y la entrega de una bella amistad con un SER que era su complemento como lo fue para Aristóteles su lógica.
Retomo a Mendoza otra vez, porque me llama la atención por el siguiente párrafo: ¨¨ me encontré con Gloria, después mucho tiempo de separarnos en un supermercado; en el cual no iba solo acompañada de su bella presencia sino también de un bebé¨ .
Porque el protagonista no proyectaba miradas de odio después de la traición sino una calma y estabilidad aparente, ya que había sublimado esa pérdida mediante el duelo y el viaje que hizo a una ciudad del interior.
Ø La muerte de su madre a causa del trastorno bipolar, que durante una de sus tantas crisis, le despertó el deseo de suicidarse. El hecho no fue que la tristeza lo haya embargado por esa muerte, sino más bien por no haber compartido algunos instantes con ella, antes de la fatídica decisión.
Durante los momentos que recordó la muerte de ella, también recuerda lo bello que ella tenía, pero especialmente los postres que se comían en las onces juntos con las amigas e hijos de ellas.
- A pesar de la actitud cambiante de su padre, la tristeza no tanto por el afecto sino la avaricia que éste tenía en el hábitat de su hogar. De ahí recuerdo esta descripción: “El apartamento de mí padre tenía unos muebles rotos, la comida era sopa enlatadas, debido a su infancia durante la guerra civil española, donde le tocó soportó una serie de hambrunas, que lo único que la sació fueron esas sopas”.
No obstante, pienso que el padre no solo era avaro por el Hambre guardado durante la guerra civil española en su infancia, más bien posiblemente es por falta de haber tenido recursos en su vida que se volvió así cuando los consiguió.
La moral fue otro de los hechos que marcó la vida del padre del protagonista; cuando su esposa se fue de su hogar metió a su casa a la Gadina o Gaitana que era una especie de buitre o ángel, si es mirada desde el dualismo. Pues en los tiempos de bonanza siempre lo consentía y le pagaba con favores sexuales, pero durante la enfermedad se dedicó a cobrar la pensión pero también a sacar tajada de ese beneficio.
De aquí que aquel hombre decidiera que al femenino personaje solo le dejara una pequeña cantidad de dinero, pero no los dólares que había recogido para un momento duro de su vida. Estos últimos se los dejó a su único hombre y además le dijo que lo quería y deseaba que fuera feliz con quien habría de elegir.
Mario Mendoza |
Ø Éste sexto hecho no es un hecho enmarcado de lo cotidiano sino de la realidad erótica que experimentaba el protagonista. Recuerdo que uno de los apartados habla como tenía sexo con la madre y la hija dueñas de un restaurante de la candelaria en Bogotá cuando era un adolescente. De la primera habló de la rudeza con que manejaba el cuchillo cuando cortaba las carnes, y también la forma en cómo se desfogaba alrededor del cuerpo de ambos. La segunda era tímida, debido a su poca experiencia por los hombres, puesto que nuestro caballero había sido el primero. El desempeño de la misma había sido delicado pero también candente.
Para finalizar esta experiencia de lectura, cuento que cuando el protagonista volvió a la clínica de reposo a visitar al arqueólogo se enteró que había muerto a causa de un paludismo desarrollado desde el chocó y que en Bogotá se pronunció más; esta experiencia le permitió tener la amistad con Mariela, que no sólo lo acompañó en el momento de su separación. Del mismo modo ella le compartió la investigación de su padre como una sublimación sino como un homenaje que la vida pero especialmente la sociedad colombiano de Arqueólogos le debía a su padre, por su invaluable dedicación cuando era miembro activo.
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