viernes, 25 de mayo de 2012

FILOSOFÍA: LA FIGURA DEL FILÓSOFO COMO ARQUITECTO


El Filósofo es alguien que piensa a cerca
de una pregunta que lo inquieta, pero a la
vez un caminante de la razón buscador
de confrontar todo lo que piensa y siente
a través de la Búsqueda y reflexión
del Conocimiento para armar un
Concepto.

La tradición filosófica nos ha enseñado a ver al filósofo como un hombre que se siente a pensar y reflexionar en tornos a las preguntas del conocimiento y de la vida que se hace la filosofía a lo largo de su devenir en el mundo. Lo mismo que la figura del filósofo es la de un artesano que moldea el pensamiento con la ayuda de los conceptos, para clarificar las preguntas o hacerse una idea sobre su recontextualización en el mundo de apertura dentro del cual nos encontramos actualmente.

Adicional a esto, el filósofo Francés A. D. Sertillanges (Clermont-Ferrand,) pensador del Siglo XX,  nos dice que la figura del filósofo como artesano:

Es una necesidad porque tiene algo de poeta y de vez en cuando, contra lo que nada tendrá que objetar al público. Porque como escritor ha de ser práctico y el práctico debe saber escribir (…) Y es una persona que va más allá de todo lo que piensa lo mismo de lo que hace; no se comprende el destino a la manera como se entiende sino que nos abrimos ante él, tal como lo dijo Zoroastro (Sertillanges, 185)  
   
A lo expuesto por el autor se comprende que la figura de artesano no es porque solamente utiliza en su diario trasegar su lengua nativa  y el enriquecimiento del lenguaje teórico y manejo discursivo que se tiene del mismo a nivel social y cultural, para armar y desarmar un concepto, dentro del cual se estructura una pregunta, es más bien, la necesidad de sacar a relucir, esa imagen sensible, asombrosa e imaginativa que genera el hacerse una pregunta para ser mejor ser en el mundo, pero en especial, la transformación de una pregunta o concepto en la existencia de un hombre que elige el camino de ser pensador.

Las figuras que encierran al hombre que ama la filosofía como lo dice su palabra en sus orígenes etimológicos son infinidades, pero en nuestro caso, sólo queremos entrever solamente algunas para confrontarlo con el filósofo como arquitecto. Para eso empezamos por decir, el filósofo como un arquitecto, es un hombre planeador, previsivo, sigiloso, sagaz, analítico pero en especial un sujeto que a través de su pensamiento busca encontrarse consigo mismo para formar una pregunta de dicho encuentro y así caminar con ella hacia una determinada tradición para armar su propia propuesta de mundo, la cual no es sólo el armar o desarmar el concepto, sino una nueva forma de leer las tradiciones históricas que le antecedieron y ahora las que le preceden.
Heidegger, un filósofo que pensó una mirada
Filosófica desde el encuentro de uno mismo
a través del pensar y eso se vio en la formulación
de sus preguntas, para caminar dentro de ese
filosofar.

Del mismo modo, “el filósofo como arquitecto, en palabras de Wittgenstein, es alguien que reconoce los límites del pensamiento mediante el lenguaje, como Marx decía que pensábamos con palabras y que en todo caso, las manos eran creadoras de inteligencia” (Miranda, 464) podríamos decir que el papel de la arquitectura en el pensamiento del hombre que piensa, es para ayudarle a planear  la estructura a su pregunta, la cual nos ahondada de la noche de la mañana si no que es todo un proceso de constante elaboración a lo largo de su existencia. Como en el caso de Heidegger, su relación del ser y el tiempo, que le costó más de 20 años para poderla concertar bajo el concepto de Dassain. Además el plano del pensamiento, se va nutriendo es a medida de la existencia de quien lo expone y lo formula, para tener no sólo una apertura nueva de pensamiento, sino distintos referentes para enriquecer esa pregunta o formar un concepto de ella, más abierto para su manipulación.

Kant, para esto, nos dice: la razón  de nuestros conocimientos no pueden constituir una rapsodia, sino que deben formar un sistema” (Kant, 647, 2005) en otras palabras, la razón no es necesariamente un conjunto de lenguajes repetidos y remasticados a diario, sino un conjunto de sistemas, que en sus palabras: “buscan la unidad de los diversos conocimientos bajo una idea” (ibíd.) de lo dicho por el autor, se  podría afirmar que un filósofo arquitecto es alguien buscador de la precisión de su pregunta, busca en la tradición, el lugar donde ubicarla y no anda a pasos lentos, nos deja entrever en el concepto, el medio para buscarle la apertura de pensamiento, para abrirla en lo a priori  desde la amplitud de lo diverso como él mismo nos dice o en las formas de los conceptos de la razón, para ver  su coherencia en el mundo académico.

Además Heidegger, filósofo contemporáneo, nos dice que la filosofía debe tomar la razón como eje de su trabajo mediante lo siguiente:
Los Filósofos como Arquitectos
son una mezcla de soñadores con imaginación
pero en especial una capacidad de
pensamiento lógica riguroso
que se ve develada en un sistema de
 trabajo de una determinada corriente.
La filosofía es cosa de la ratio. Con todo, en cuanto ponemos en duda la caracterización de la filosofía como comportamiento racional, del mismo modo resulta también dudoso que la filosofía pertenezca al dominio de lo irracional. Pues quien quiere determinar la filosofía como irracional, toma con ello lo racional como norma de la delimitación, y por cierto que de modo tal que de nuevo presupone como comprensible de suyo qué es la ratio. (2)

Porque tanto Kant como Heidegger quieren al filósofo como arquitecto que aterrice en sus planos la razón, es porque gracias a ella, podemos saber los límites del conocimiento humano, también la incidencia de la experiencia y de la teoría en los mismos. De otra manera, en ella, podemos ver las funciones de la metafísica dentro del conocimiento, pero antes que nada en la filosofía.


En cuanto al concepto, es gracias a lo pensado por el plano de la razón es que nace su vida lo  mismo que sus implicaciones dentro de una tradición. No obstante, el filósofo necesita de un esquema expuesto por Kant es:

“No se traza de acuerdo  con una idea, es decir, partiendo del fin primordial de la razón , sino desde un punto de vista empírico , de acuerdo con intensiones que se presentan accidentalmente (cuyo número no puede conocerse de antemano) nos ofrece una unidad técnica resultado de una idea” (648)

El esquema, nos muestra todos los pasos del filósofo para formarse racionalmente, pero también las bases empíricas que tuvo dentro de su proceso de formación ante su pregunta y le ayudaron al nacimiento de dicho concepto, puesto que si miramos retomando otra vez a Heidegger, todo proceso filosófico es:

"Aquello a que se refiere la filosofía nos atañe y nos toca-de-cerca (be-rührt) a nosotros los hombres en nuestra esencia (Wesen), entonces pudiera ser que esta afección (Affektion) no tuviera absolutamente nada que ver con lo que corrientemente se llama afectos y sentimientos, en una palabra, con lo irracional” (Heidegger, 1960)


De esto, se deduce, un esquema no es simplemente un conjunto de formación de elementos empíricos y teóricos, son todas las cosas que llevaron a su origen de creación. Y Kant en la arquitectónica de la razón pura, nos confirma lo expuesto a través de lo siguiente:
“Nuestra tarea, a saber con esbozar simplemente la arquitectónica de todo conocimiento derivado de la razón pura, empezando por el punto de la raíz  general de nuestra capacidad cognoscitiva se bifurca en dos ramas, una de las cuales es la razón. Y por razón entiendo aquí toda la capacidad cognoscitiva superior, y consiguiente contrapongo lo racional a lo empírico” (649)
  
A manera de conclusión del siguiente texto, el filósofo como un arquitecto, es alguien que comprende la importancia del caminar o más bien  trasegar desde distintas representaciones de pensamiento filosófico a lo largo de su existencia; Y así formarse mediante dicho caminar o trasegar en el mundo, distintas formas de elaboración del plano de pensamiento según su propuesta, pero antes tener en cuenta, también la creación de un sistema para que lo dicho por él, tenga un valor coherente dentro de una determinada escuela, no se quede como algo simplemente empírico o hipotético. De la misma manera, ya cuando tenga armada los planos y los sistemas de pensamientos, que lo llevaron a la formulación de su pregunta y creación de un concepto sobre ella. Debe elaborar distintas unidades de pensamiento, para ver el resultado de su trabajo. Y en su medida, que de como resultado un esquema coherente de pensamiento.

BIBLIOGRAFÍA
v  MIRANDA, AntonioNI ROBOT NI BUFÓN: MANUAL PARA LA CRÍTICA DE ARQUITECTURA. Madrid: Editorial Cátedra. 1999

v  SENTILLARGES, A.D. LA VIDA INTELECTUAL: SU ESPÍRITU, SUS CONDICIONES, SU MÉTODO. Madrid. Ediciones Encuentro. 2003.


v  HEIDEGGER, Martin. ¿QUÉ ES ESO DE FILOSOFÍA? Traducción y notas de Adolfo P. Carpio, publicada por Sur, Buenos Aires, 1960.


v  KANT, Immanuel. CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA. Madrid: Editorial Taurus. 2005 Traductor: Pedro Ribas.

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