martes, 2 de octubre de 2012

LA ENSEÑANZA DE LA FILOSOFÍA

Enseñar Filosofía, para generar nuevas
preguntas o dejar que los jóvenes
ahonden en las existentes dentro
de la tradición, para ser más críticos
pero en especial, analíticos por los
momentos vividos por la Humanidad.

En el siguiente texto, se pretende responder a la tesis: ¿Qué es enseñar Filosofía? Que no sólo es ahondar en la formación de un pensamiento a nivel de análisis, crítica, reflexión, como también la formación en un dialogo con una tradición histórica y filosófica de un concepto. Enseñar filosofía en estos tiempos en palabras de Jorge Larrosa es: imponer el reconocimiento de una cierta representación de sí misma, de un cierto autorretrato, que la incluya como relevante para la formación de los jóvenes[1]En resumidas la filosofía, forma a los jóvenes de los tiempos actuales,   para que tengan un cuidado de si mismo a través del encuentro o del cairos (oportunidad). Pero estos encuentros se hacen de la siguiente forma: desde la mirada de Descartes haciéndose preguntas relevantes en torno al conocimiento o a su propia existencia; pero especialmente preguntas que son generadas por los intereses personales de la edad o simplemente de avances intelectuales y humanos.


La Filosofía desde su enseñanza
es la que le da mayor profundidad
al conocimiento que se imparte
en las Escuelas y Facultades
constantemente, pues ya el ser
humano, solo piensa en cosas
banales. Se ha olvidado en
configurar el sentido a su existencia.
Desde la mirada de Séneca y Lucilio, ese cuidado de sí, tendría que estar más ocupado a fomentar las virtudes de los jóvenes de estos tiempos como son el respeto, el amor, la sinceridad, tolerancia, pero especialmente ser capaces de ser críticos y reflexivos no solo con base a los valores expuestos sino también a través de los demás que no están nombrados. La última mirada de ese cuidado de si, seria el de los estoicos que serían mirar en lo social, nuestra escuela de aprendizaje, para lo cual  es muy acertado, porque no solo aprendemos de la sapiencia intelectual del maestro y de nuestros compañeros en las aulas de clases, igualmente lo hacemos desde lo que pasa en el acontecer social y político de nuestros contextos. 




Los tiempos actuales,
necesita filósofos
que confronten a la
sociedad. De ahí que las
Escuelas y las Universidades
tienen una tarea contra reloj,
formar profesionales en éste
campo o por lo menos
seres preocupados por las preguntas.
Ahora bien, el escenario donde se desarrolla la enseñanza de la filosofía, no solo es un espacio físico de tablero, sillas y libros sobre filosofía y vida de los filósofos, debe ser un lugar de “reflexión sobre el presente y las diversas formas de pensarse el futuro, así mismo un aula donde se construyan narrativas donde no solo se aborden las realidades propias de la sociedad, cultura, intelecto u otros; del mismo modo, se desarrolle esto pero que se ayude al estudiante a que a través de esto se responda preguntas como lo planteamos anteriormente, igualmente desarrolle  un sujeto capaz de confrontarse así mismo dentro y fuera de la sociedad desde lo laboral e intelectual”[2].


Para esto, la persona que enseña filosofía no solo debe ser un licenciado titulado o con experiencia en el área, sino una persona que tenga “la necesidad de ser inteligente  no solo a partir de los años o lo que es lo mismo a partir del entendimiento y de la razón”[3];  además de esto, la persona encargada de la formación filosófica de las nuevas generaciones, debe ser alguien con un pensamiento pluralista, que como diría Kant, en lugar de abusar de la confianza a través de la saturación de trabajos a los estudiantes, debería ser alguien con la capacidad de entender y comprender los cambios que sufre las juventudes que pasan cada día por nuestras manos, para enseñarles y así guiarlos a una filosofía completa donde no solo valen los diálogos con las tradiciones históricas y filosóficas de los conceptos, igualmente una mirada de la filosofía a través de las preguntas o resolución y formulación de las mismas; y así tener un sujeto socialmente intelectual pero especialmente con formación integral.

Como conclusión, quiero decir enseñar filosofía no es solo formar filósofos para generar nuevas de pensar de la sociedad y de la cultura en todos sus ámbitos y/o dimensiones, es pensar que el filósofo como  maestro o viceversa, tiene la misión de enseñar desde la filosofía  la iniciación al discurso intelectual de los estudiantes y así ser más maduro, pero especialmente no tener más pedantería pedagógica e intelectual como nos dice Jorge Larrosa; del mismo siempre tengamos mejores ciudadanos en la sociedad y en la cultura contemporánea.

El siguiente Texto, fue escrito para la Clase de Construcción del Pensamiento Pedagógico del Docente Iván Darío Carmona Aranzazu, el día 04 de Noviembre de 2010, espero que les guste y me aporten más ideas para enriquecerlo.


[1] LARROSA, Jorge, La EXPERIENCIA de la LECTURA “Estudios sobre  Literatura y Formación” Sobre la Enseñanza de la Filosofía  (Elogio y repulsa de la filosofía en tiempos de crisis), Fondo de Cultura Económica, México, 2003.
[2] Op-cit pág. 556. Con base a lecturas previas de Larrosa y otros autores pero especialmente de las comunidades de Indagación (Martha Nussbaum)
[3] Ibíd.  Pág.558. 

2 comentarios:

Mario Mendoza dijo...

Cartas a Lucilio. Del cuidado de sí. Qué gratos recuerdos me trajo este texto.
Saludos, MM.

Mario Mendoza dijo...

Cartas a Lucilio. Del cuidado de sí. Qué gratos recuerdos me trajo este texto.
Saludos, MM.

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