viernes, 21 de septiembre de 2012

Una Mirada a los Textos de Borges: desde una Lectura Filosófica



Aristóteles, fue uno de los
padres de la Filosofía del Lenguaje
porque nos permite develar
mayores sentidos al textos
desde la óptica del significado.
Cuando se hace lectura de los textos del idioma analítico de John Wilkins y de Pierre Menart autor del Quijote, se encuentran varios conceptos de lenguaje que son el metafórico y el formal. El primero se ve demostrado desde las recreaciones que se hacen a los textos en algunos párrafos como los siguientes: “Diríase que ayer nos reunimos ante el mármol final y entre los cipreses infaustos y ya el Error trata de empañar su  memoria” que se encuentra en la página 1 de Pierre Menard que busca no sólo mostrarnos la asociación que se hace del recuerdo del autor (memoria) con el mármol, que nos da la impresión de algo perdurable pero también de algo que siempre vivirá dentro de sus amigos. Así mismo, está  íntimamente ligado a las categorías de lenguaje del logos Apofántico, ya que la enunciación, tiene como referencia al autor y su legado, lo que hace que siempre exista o se asocie su recuerdo al mármol (no existe). Pero otro elemento del párrafo que genera muchas miradas son los cipreses infaustos donde la producción de imagen que se tiene allí, es mostrarnos que el legado de la memoria puede desaparecer debido a la afección de la cosa, que es generada al no ser, ya que en lo real no existe árboles infelices  sino más bien son la tala de árboles lo que existe, de lo que se da referencia cuando se corta un árbol.

El Logos Aponfántico y Semántico
son dos ruedas que nos permiten
conocer el lenguaje desde una
mayor comprensión de significación
según las necesidades reflexivas del
hombre.
   “En felices curiosidades: le interesaron la teología, la criptografía, la música, la fabricación de colmenas transparentes, el curso de un planeta invisible, la posibilidad de un viaje a la luna, la posibilidad y los principios de un lenguaje mundial”  que podemos verla en la página 1 del texto del Idioma Analítico de Jhon Wilkins, cuya finalidad es expresar los deseos y asombros que el autor tiene a lo largo de su existencia humana y que el lenguaje ayudó a fundamentar.  La primera asociación que vemos en la lectura, cuando significa la curiosidad como algo feliz, que dentro de lo aristotélico, no sería válido, ya que no habría silogismo que ayudaría   a validar las felices curiosidades, más bien, esta es un efecto de algo que quiere descansar el pensamiento que conoceríamos como símbolo.


Pero en el logos semántico planteado por Platón, en cambio es válido, puesto que el significado de felicidad a la curiosidad es una referencia de existencia del ser y es una demostración del enunciado mediante una metáfora. En el no ser, estaría en el párrafo en la parte de un curso de planeta invisible. Ya que lo demostrable es lo real y es demostrado por un signo; y éste caso, no hay posibilidad de mostrar que una persona viajaría a un planeta invisible.
Borges, un Escritor muy literario
en su escribir, pero muy filosófico
en el acto del leer, porque nos forma
un pensamiento racional a partir
de su obra. Lo mismo que en el uso
de la Lógica como medio analítico
a la hora de pensar lo filosófico
en la Literario - viceversa.
Ahora bien, pasaremos a mostrar las categorías formales; son denominadas de esta forma, puesto que su finalidad, es buscar las estructuras sintácticas, gramaticales, semánticas de una palabra. De ahí que estas son algunas de las encontradas dentro del texto:
“Que la palabra bisilábica luna, nada es posible contribuir a tales debates; descontadas las palabras compuestas y las derivaciones, todos los idiomas del mundo” [1]

 Lo que nos quiere decir el párrafo, es la composición de fonemas y grafemas que contienen la palabra, pero también el uso de lenguaje que se da al término ha generado muchos debates, ya que no es igual al monosílabo usado en ingles que es moon que es más fácil de aprender que el bisílabo luna que no contribuye a los debates de uso que el anterior hace.


Si se mirase desde las categorías del logos semántico, ambas palabras tienen un referente que es el objeto blanco de distintos tamaños que sale en las noches y que su referente es formal, porque tiene unas determinadas horas de duración y de aparición, es material, porque tiene un tamaño y peso determinado, lo mismo que unos espacios y ubicaciones estratégicos.

Igualmente es final, ya que la duración es determinada por otro objeto que se llama sol. Por último es teleológico, puesto que tiene un marco de referencia social, cultural y económica en el destino de los hombres.

Esa obra, tal vez la más significativa de nuestro tiempo, consta de los capítulos noveno y trigésimo octavo de la primera parte del Don Quijote y de un fragmento del capítulo veintidós. Yo sé que tal afirmación parece un dislate; justificar ese “dislate” es el objeto primordial de esta nota
Dos textos de valor desigual inspiraron la empresa. Uno es aquel fragmento filológico de Novalis —­el que lleva el número 2005 en la edición de Dresden­— que esboza el tema de la total identificación con un autor determinado. Otro es uno de esos libros parasitarios que sitúan a Cristo en un bulevar, a Hamlet en la Cannebiére o a don Quijote en Wall Street. (Borges, 1944; Menard, pág. 3)


Ya con la explicación del siguiente párrafo desde la mirada de los elementos formales del lenguaje concluimos el texto:

Desde el logos Apofántico, es porque nos aluda al Quijote de la mancha como marco de referencia en el análisis de textos, y así encontrarle un significado a lo expresado dentro de la escritura. Pero también identificar las analogías de realidad que hace el autor de su época y que se pueden confrontar de la misma forma con otras realidades históricas.  Ejemplo de esto, es el fragmento de Novalis que se encuentra en 2005 del mismo modo, las sátiras que hace el autor a través de sus obras con ayuda de los personajes quijotescos.

Además de lo expuesto, dentro de la lectura, lo que se busca mostrar es la transcendencia del Quijote de la mancha y de su autor, sino antes que nada los distintos conceptos de transformaciones que devela el ser, y así con el enunciado mostrar un plano de afirmación y negación del logos a través de la imagen dado.

El marco de referencia, que hace valido la figura de los personajes expuestos, es que ellos están ahí para ser negados o afirmados dentro de la referencia.

El siguiente texto, fue escrito para la Clase de Filosofía del Lenguaje del docente Carlos Andrés Roldán Sánchez en la Universidad Pontificia Bolivariana el día 08 de Agosto de 2011




[1] WILKINGS, John, EL IDIOMA ANALÍTICO: otras inquisiciones de Jorge Luis Borges, pág.1,  Emecé, 1996.

sábado, 8 de septiembre de 2012

FILOSOFÍA: EL MAESTRO DE FILOSOFÍA EN EL SIGLO XXI

El Maestro de Filosofía, es un sujeto que
mediante su lenguaje, busca la sensibilidad
social y cultural de sus estudiantes, para
que construyen conceptos y preguntas
sobre diversas temáticas del conocimiento
para ser personas más analíticas y críticas
a la hora de dialogar.

Si buscamos en el diccionario de la RAE que significa la palabra nos encontramos: “palabra que viene del lat. Magíster, -tri, Persona que es práctica en una materia y la maneja con desenvoltura”[1]; un maestro de filosofía, no es sólo una persona que maneja y práctica una materia con desenvoltura como si fuera un ser convencional, al contrario, su función es  comunicar, notificar, explicar, comprender y traducir verdades que mejoran la calidad de vida no solamente de los estudiantes sino de sí mismo como sujeto inmerso en una sociedad o cultura, dentro de su ejercicio docente, sus verdades no solo develan conocimiento también son la muestra de una gran vocacionalidad por su doctrina ética y axiológica.

El Filósofo es el primer pedagogo por
excelencia, porque busca a través
del pensamiento, generar nuevas
horizontes de comprensión hacía
un diálogo. Desde la conexión
disciplinaria del conocimiento. 
El maestro de filosofía, no  utiliza su  espacio de clases para mostrar un mensaje con ayuda de los elementos que enunciamos en la parte de arriba,  es alguien que dialoga mediante una pregunta: ¿Qué quieres que haga por ti? o ¿Por qué me has llamado para enseñarte el saber filosófico? [2]; Que se deviene de forma constante por la transformación de su  piel de maestro que se pregunta o diserta a cerca de su quehacer pedagógico-filosófico en las aulas, pero  esta cualidad  es el medio por el cual se puede develar  como se ha profundizado o añejado la enseñanza de la filosofía,  sino que se vuelve el referente necesario de evaluación del proceso de enseñanza y aprendizaje que llevan tanto el maestro como su alumno. A mirar los avances del procesos desde los conceptos de evolución y progreso.
El Maestro de Filosofía es un Seductor,
porque devela mediante sus palabras
y preguntas un lenguaje interesante
que piensa diversas formas de comunicar
el conocimiento para que sea más
accequible y misterioso.


Adicional a esto, el maestro que se pregunta o cuestiona, no lo hace solo para enseñar y aprender  como persona, sujeto enseñante o de un  alumno, que es sujeto aprendiz, sino que en palabras de George Steiner: “lo hace para irrumpir y arrasar con el fin de limpiar y reconstruir la mente de ese mortal que va en su búsqueda”[3].

Del mismo modo, no se queda, en la  escala de enseñante cuestionador o  de alguien  que se pregunta junto con su alumno, ellos también son personas convencionales: “son seres cotidianos que tienen problemas, sueños y sensibilidad con respecto a la vida, la cual es un constante desafío vivir a la luz de la indagación y comunicación de sí mismo”. [4]


Esta categorización,  demuestra que el maestro no solo vive de hacerse preguntas, dialogando o mirando una tradición, sino que es un ser como cualquier otro con necesidades afectivas, sociales y culturales, las cuales busca satisfacer no necesariamente mediante un sueldo sino a través de un oficio como es enseñar a pensar a otros.

Ejemplo de lo expuesto Peirce, Sócrates, Sastre, Wittgenteins y otros.

Ahora vamos a  mirar al maestro como un seductor, cuya  finalidad  es tirar una disertación o pregunta con base en una mirada filosófica, la cual responderá a los intereses de sus alumnos y/o discípulos, puesto que eso es seducir, buscar afinidades mías que le gusten al otro para establecer un vinculo que nos una o atraiga su atención.

El efecto de esta seducción, es “la dislumbración de las tormentas en los altos mares del conocimiento y así amedrentar a la sirena que se llama ignorancia o a las tormentas de la pereza y del facilismo; e incitar a nuevos caminos que inciten las aventuras de nuevos encuentros”. [5]

Los maestros de filosofía como  seductores,  no son simples generadores de una pasión, son seres carismáticos que buscan a través de las almas de sus alumnos, para que conozcan sus capacidades, en los diversos ámbitos de sus ser como humanos e intelectuales. Y así buscar asombrar a la sociedad.

Por otra parte,  hablaremos del maestro de filosofía como sabio, puesto que ya hemos expuesto del seductor, indagador, ser cotidiano. Éste nace como un heredero de la herencia socrática, la cual es dialogar con la tradición cada que se va realizar una investigación, lectura, análisis o  crítica   de un texto o trabajo filosófico,  por el valor que esta tiene para responder las mismas o nuevas preguntas que surgen dentro del quehacer cotidiano de la clase de filosofía.

El maestro sabio es alguien humilde que dice: “No se puede indagar de lo que sabe, puesto que ya se sabe y en ese caso no hay necesidad de indagación, ya que lo que no sabe es lo que se tiene indagar.”  [6] Esto genera que su alumno cada día desarrolle una competencia dialógica con si mismo, pero especialmente con el conocimiento, por que se da cuenta cuál es su trayecto o las rutas que debe trazar para alcanzar igual o mejor trayecto que su maestro.

La labor del maestro sabio  no se concentra en sembrar, modificar o guiar, sino ayudar a que ese alumno en el alcance  de lo propuesto, con su ayuda  o  mostrarle el camino para llegar a la nave de la doxa o del sentido común en su existencia, es más bien, confrontar sus ideas en torno al conocimiento.

Se concluye , que el maestro de filosofía del siglo XXI es una combinación de un sembrador, sabio, artesano, guía o ser cotidiano que forma diversas formas de ver, analizar y pensar el mundo; si no lo es su tarea será buscar la forma que su enseñanza sea la forma para que aprende a buscar ese sentido que todos debemos ser.    

 El siguiente texto fue Escrito el día 15 de Septiembre en el II Semestre de Licenciatura en Filosofía & Letras, en la UPB para el docente Iván Darío Carmona en el curso de Construcción del Pensamiento Pedagógico, el cual buscó transversalizar la pedagogía, Filosofía y Literatura en un saber teorético y crítico de la cotidianidad.

Espero que lo disfruten.



[1] Tomado del Diccionario de la REAL ACADEMIA de la LENGUA ESPAÑOLA: http://www.rae.es/rae.html 
[2] STEINER, George, LECCIONES DE LOS MAESTROS, Siruela, España/04, Pág. 25.
[3] Ibíd. Pág. 25
[4] Ibíd.  Pág. 28.
[5] Paráfrasis de VÁSQUEZ RODRÍGUEZ, Fernando, AVATARES LOS OFICIOS DEL MAESTRO: Analogías en búsqueda de la comprensión del ser MAESTRO pág.38.
[6] STEINER, George, LECCIONES DE LOS MAESTROS, Siruela, España/04, Pág. 36.

domingo, 2 de septiembre de 2012

COLUMNA #8 : A la2da del hogar Mejía Echeverría


Mujer serena que busca la paz
para conocerse a sí misma.
Hace poco tiempo que nos conocemos, pero si la vida hizo que nos conociéramos y encontraremos debe ser porque nos depara algo para realizar entre ambos a través de una amistad que se gestó con ayuda del maestro Manuel Mejía Vallejo, que es tú padre y un hombre al cual admiro y respeto por el gran legado que nos dejó a todos los lectores de la Literatura Antioqueña. Antes de partir el cielo al lado de sus tangos y sus aguardientes.
María José, gracias por la oportunidad que me has dado de conversar contigo en Omma, café ubicado en arquidiseño de la UPB. Junto con Jaime, Kathe y Paula. Aquel 25 de julio a las 6:10 de la tarde en medio de la brisa junto a los arboles que estaban en medio del lugar donde estaba ubicada la mesa, donde nos conocimos junto con los demás cómplices del encuentro.

Carismática que mediante su sonrisa
une a las personas, tal  y como lo hace
su familia con el tango y la Literatura.
Ahora si alguien me pregunta ¿Cómo es la hija del gran maestro Manuel Mejía? Mi respuesta seria una mujer cálida, en el trato con el otro, lo mismo que con una buena energía, además oírla hablar del legado de su padre,  es algo fascinante y agradable, puesto que devela ese amor filial de una hija hacia su padre,  que si el maestro, estuviera vivo, se sentiría muy orgulloso de la gran mujer que es ella. Porque preserva el emprendimiento y la disciplina que se narra en la casa de las dos palmas de la familia Herreros a la hora de realizar el trabajo duro y de confrontar los retos impuestos en la sociedad.


Ella es también la dulzura de las mujeres Herreros a la hora de compartir las historias y pilatunas de su hijo Matías o de las aventuras que vive en sus viajes constantes, departiendo la vida de su padre desde su legado literario.
Por esto y mucho más, hoy te deseo el mejor de los cumpleaños, espero que la vida, no dé la oportunidad para tomarnos un buen vaso de café como le encantaba a Manuel Mejía, para celebrar la llave de amistad que se puede entrejer entre tú y éste lector de la obra de tú padre.
Un abrazo y felicidades.

Juan Esteban López Agudelo
María José Mejía Echeverría: la hija del hombre que confrontó a la Antioquia del siglo XX mediante su literatura que es Manuel Mejía Vallejo, nieta de Dora Ramírez, una de las primeras del pop Art en nuestro país. Razones por las cuales, ella es una creadora de mundos fantásticos a través de la imaginación suscitada por sus viajes en nuestro bello país.
Igualmente su sensibilidad, nace como fruto de ser la hija de una arquitecta como Dora Echeverría y de su padre. Los cuales hicieron un excelente trabajo en formar a una caminante que sabrá enseñarnos no sólo a los lectores jóvenes sino a los mayores los caminos de su padre, tal y como se hacían antes en la filosofía con el legado de los maestros.



A Santiago, un astro de la música

Santiago, un niño que sueña canciones escrita en partituras para incitar al oyente a soñar,  pensarse y en especial hallar su esencia ...