sábado, 24 de enero de 2015

LITERATURA: EL POETA ESE SER QUE NOS DICE COSAS DEL PENSAR



El poeta es el mensajero de los dioses, pues
quien es capaz de reproducir su mensaje de
forma genuina. Lo mismo que darnos a conocer
el mundo con sus acertijos.
El poeta era el mensajero de los dioses que tenía como tarea traducir la palabra que ellos querían decirle a los hombres, pero con el tiempo nos hemos dado cuenta que esta tarea va mucho más allá. Y su tarea es la de embellecer las palabras con las metáforas para generarnos una emoción o felicidad que puede ser constante o efímera según aquello que nos diga el texto.



Cuando uno lee la conferencia del Arte poética de Borges en el capítulo II El Enigma de la poesía, se encuentra que el poeta tiene como tarea la preservación de la palabra a través de la siguiente afirmación:

Buscamos la poesía; buscamos la vida. Y la vida está, estoy seguro, hecha de poesía. La poesía no es algo extraño: está acechando, como veremos, a la vuelta de la esquina. Puede surgir ante nosotros en cualquier momento (4)


A partir de lo anterior, podríamos decir que el poeta mira su época y la cotidianidad para hallar los sentimientos de quienes la habitan con el fin de reconocer en  la palabra que encierre ese caudal de cosas que muchas veces nadie se atreve a decir. Lo mismo que caminar entre  los vestigios de la humanidad para ver que sensaciones pueden definir eso que siente o piensa sobre un asunto.

Quizás el poeta sea el ser autentico, porque él puede mostrarse como es en realidad o simplemente es alguien que nos dibuja eso que deseamos escuchar desde y para la palabra para sentirnos acogidos en el espacio. Al respecto la profesora Inés Posada en su texto García Márquez el poeta de la Imaginación nos dice lo siguiente:

La poesía es una forma de habitar el mundo, una manera de estar en la vida, en la realidad. Esto implica muchas cosas: una sensibilidad intensa, abierta, atenta al mundo de la vida, de los hombres, de las cosas. Una exploración con el cuerpo, la inteligencia y los sentidos que nos pone en contacto directo y emocionado con el mundo, y que la poesía intenta comunicar a través de la creación de imágenes verbales: analogías, contrastes, metáforas donde se reúnen no sólo los contrarios, sino también los múltiples, los ajenos, los lejanos. Imágenes que acogen esta simultaneidad de realidades, percepciones, sensaciones, emociones, memorias, que habitan en la vida, intentando expresarlas, penetrar profundamente en ellas con otro pensamiento que no excluye ni la razón plural y pensativa, ni el sueño, ni la intuición, para sentir cómo se abre una visión más plena de la realidad en las palabras que la nombran con el hermoso poder de lo sugerido, de lo apenas rozado y que se entrega como revelación para el cuerpo, pero también para el pensamiento.(433)


 
En otras palabras, el poeta ese ser que nos dice cosas del pensar desde la intensidad de su existencia en la humanidad o también de su experiencia de leer asiduamente los textos de otros cuya función es el rescate de la voz viva que se inserta en el escritura. De igual modo, la poesía tiene su sentido es en la creación de imágenes que nos muestra un mundo natural, pero ante todo transformado desde los sueños que desde la experiencia del hábitat de los espacios se genera en nosotros como sus habitantes o simplemente como sus caminantes en un determinado momento de la existencia.

No obstante pensar los espacios o evocarlos desde la memoria, es una de las artes que el poeta puede realizar desde la palabra; pues con ello no sólo muestra su experiencia en estos, sino que nos abre la puerta a nosotros para insertarnos y sugerir nuevas formas de construcción de pensamiento.


Un ejemplo de ello, es la biblioteca en Borges que en su texto nos dice algo en relación a ella:
Una biblioteca es una especie de caverna mágica llena de difuntos. Y esos difuntos pueden renacer, pueden ser devueltos a la vida cuando abrimos sus páginas (5)

Borges, el hombre que con la magia
de la palabra nos enseñó lo fascinante
de ser finitamente humanos.
Esto nos muestra que el poeta ese ser que nos dice cosas del pensar, no solamente dice aquellos ecos que los vivos generan en sus cotidianidades cuando se encuentran, sino que ahonda en los libros y su lectura devolverle la vida a esos seres  que desde su palabra, potenciaron en otros el asombro y la imaginación para escribir sobre distintos asuntos humanos. De ahí que la biblioteca sea el espacio donde se conjura un conocimiento de la cultura en sus tradiciones más presentes, pero de igual forma más milenarias y esto se llame la  magia del encuentro. Donde todos podemos interactuar como el uno, aunque como el otro si lo deseamos con el propósito de escuchar que nos decimos mediante nuestras distintas experiencias de mundo.

Sin embargo cuando se relee la conferencia del Enigma de la poesía, uno se da cuenta que el poeta es un artista, porque imagina, asombra, sueña y siente sus palabras que plasma en sus escritos o socializa con otros desde su voz viva. De lo anterior la siguiente afirmación:

«El arte sucede». Es decir, hay algo misterioso en el arte. Me gustaría tomar sus palabras en un sentido nuevo. Yo diré: El arte sucede cada vez que leemos un poema. Ahora bien, quizá, al menos en apariencia, esto suprima la venerable noción de los clásicos, la idea de los libros perdurables, de los libros en los que siempre hallaremos belleza. Pero espero equivocarme en este punto (6)

Inés Posada, la soñadora
la maestra y la navegante
de las palabras que nos
enseñó a amarlas o también
quien nos sedujo en el camino
de reconocer aquello
fascinante del mundo poético.
En última instancia, es en el leer donde se encuentra el poeta con los otros, ya no tanto en la voz viva como en otros tiempos, sino en el silencio atento que tiene el lector para  escuchar a través del espacio elegido la palabra que se escribe o que venera mediante la lectura del poeta  los autores clásicos o la preservación que tiene  de la belleza de su época gracias a  su comprensión del mundo.


Con esto podríamos decir que la poesía en su lenguaje, nos invita a la escucha, lo mismo que a escabullirnos en la magia de las palabras para tener una sensibilidad más profunda del mundo, y así poder expresar todo ese caudal de sensaciones que tenemos dentro, las cuales no sacamos por el miedo, la soledad o la ensoñación de la tristeza.

Pero aun así, el poeta no podría muchas veces plasmar nuestros estados o expresarlos en palabras, porque somos finitos y esto nos hace variables, cambiables y mutables. Y en palabras de Borges:

Si tengo que definir la poesía y no las tengo todas conmigo, si no me siento demasiado seguro, digo algo como: «poesía es la expresión de la belleza por medio de palabras artísticamente entretejidas». Esta definición podría valer para un diccionario o para un libro de texto, pero a nosotros nos parece poco convincente. Hay algo mucho más importante: algo que nos animaría no sólo a seguir ensayando la poesía, sino a disfrutarla y a sentir que lo sabemos todo sobre ella.
Esto significa que sabemos qué es la poesía. Lo sabemos tan bien que no podemos definirla con otras palabras, como somos incapaces de definir el sabor del café, el color rojo o amarillo o el significado de la ira, el amor, el odio, el amanecer, el atardecer o el amor por nuestro país. Estas cosas están tan arraigadas en nosotros que sólo pueden ser expresadas por esos símbolos comunes que compartimos. ¿Y por qué habríamos de necesitar más palabras? (11)




En conclusión, el poeta solo nos muestra las significaciones que le damos a nuestros estados humanos según nuestras perspectivas de pensamientos, pero en especial lo que sus palabras quieren encerrar son simbologías sobre lo que podría ser, sentir, pensar, oler o soñar un humano en un determinado estado de su existencia en la tierra; aunque abre el camino para la generación de la recolección de sensaciones y palabras que siempre quedaran en la memoria de unos, y en el olvido de otros.

Bibliografía

·         Borges, Jorge Luis. Arte Poética . Buenos Aires : Tauro, 1967.
·        Posada Agudelo, Inés. «García Márquez: Poeta de la Imaginación .» Escritos (2014): 431-455.


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