miércoles, 23 de febrero de 2011

LA EXPERIENCIA DE LECTURA FILOSÓFICA: DESCARTES

El discurso al método de René Descartes

Es un texto que se recomienda para todo aquel estudiante que se este haciendo preguntas sobre la búsqueda del conocimiento desde diferentes perspectivas humanas.  Pero 
¿Por qué recomiendo de Descartes para leer?
  •       Comparte en las primeras partes del Discurso al Método el desarrollo de la formulación de la duda cartesiana, pero antes que nada de cómo surgió su interés en el conocimiento, no solo desde el camino científico, sino también desde las humanidades y otras disciplinas ejemplo de esto es la teología y la metafísica.
René Descartes, 
Padre de la Filosofía Moderna y de 
la Geometría Cartesiana 


  •     Los resultados que suscitan cuando busca el camino al conocimiento dentro de las diferentes ramas del conocimiento, pero antes que nada, las descripciones que se suscitan dentro del texto, para decir que ningún conocimiento logra satisfacer sus pensamientos, sino todo lo contrario, desarrolla más dudas en torno a los conocimientos que tiene.
Ejemplo de esto se encuentra: Desde mi niñez fui criado en el estudio de las letras y como me aseguraban que por medio de ellas, se podía adquirir un conocimiento claro y seguro de todo cuanto es útil para la vida, sentía yo un vivísimo deseo de aprenderlas. Pero tan pronto como hube terminado el curso de los estudios, cuyo remate suele dar ingreso en el número de los hombres doctos, cambié por completo mi opinión. Pues por que me embargaban tantas dudasy errores, que me parecía que, procurando instruirme, no había conseguido más provecho que el de descubrir cada vez mejor mi ignorancia[1].

Discurso al Método 
escrito en 1637
Lo que discurso al método, invita al lector o filósofo, es que nunca la respuesta a una pregunta filosófica o de conocimiento que se hace, nunca se va encontrar, más bien se seguirán reformulando más dudas e inquietudes en la investigación del conocimiento que se desea buscar o simplemente el investigador desarrollará con lo poco ó mucho que ha encontrado asombro, pero también la oportunidad de delimitar su interés o de reformular la pregunta para que así logre llenar la duda acerca de lo ¿Qué se está preguntado?



  •      Los diálogos con la tradición, es un eje de búsqueda para mirar que aquello de lo que se duda o se tiene  certeza puede ser confrontado a través de la lectura. Así mismo, esto fue otro de los ejes que despertó en Descartes sus dudas o su certeza frente a ciertos temas de sus búsquedas por el mundo del conocimiento. De esto, puedo dar constancia por la siguiente frase: la lectura de todos los buenos libros es como una conversación con los mejores ingenios de los pasados siglos, que los han compuesto, y hasta una conversación estudiada, en la que no nos descubren sino lo más selecto de sus pensamientos; que la elocuencia posee fuerzas y bellezas incomparables[2];
  •  La incidencia de los escenarios, es también un eje generador de nuevos conocimientos, pero también es un eje generador de nuevas preguntas que deben ser despertadas mediante la duda o la certeza, es por eso que Descartes en la segunda parte del Discurso al Método, nos contará sus miedos, inquietudes, fortalezas, debilidades y hasta sentimientos que suscitan la estancia en Alemania, pero dentro de la misma segunda parte del D.M nos contará la incidencia de las opiniones de otros sobre el conocimiento.

Ejemplo de esto es la siguiente expresión: imaginaba yo que esos pueblos que fueron antaño medio salvajes y han ido civilizándose poco a poco, haciendo sus leyes conforme les iba obligando la incomodidad de los crímenes y peleas, no pueden estar tan bien constituidos como los que, desde que se juntaron, han venido observando las constituciones de algún prudente legislador. Como también es muy cierto, que el estado de la verdadera religión, cuyas ordenanzas Dios solo ha instituido, debe estar incomparablemente mejor arreglado que todos los demás. Y para hablar de las cosas humanas, creo que si Esparta ha sido antaño muy floreciente, no fue por causa de la bondad de cada una de sus leyes en particular, que algunas eran muy extrañas y hasta contrarias a las buenas costumbres, sino porque, habiendo sido inventadas por uno solo, todas tendían al mismo fin.[3]

La Certeza, es el motor de
validez para la verdad en
Descartes.

  •        En lo pedagógico, Descartes, maneja la siguiente mirada de maestro frente a la búsqueda del conocimiento, pero antes que nada su mirada sobre ¿Cómo el alumno debe buscar el conocimiento a través de la duda?  Se desarrolla de la siguiente forma, según el siguiente párrafo: llegué a persuadirme de que no sería en verdad sensato que un particular se propusiera reformar un Estado cambiándolo todo, desde los cimientos, y derribándolo para enderezarlo; ni aun siquiera reformar el cuerpo de las ciencias o el orden establecido en las escuelas para su enseñanza; pero que, por lo que toca a las opiniones, a que hasta entonces había dado mi crédito, no podía yo hacer nada mejor que emprender de una vez la labor de suprimirlas, para sustituirlas luego por otras mejores o por las mismas, cuando las hubiere ajustado al nivel de la razón. Y tuve firmemente por cierto que, por este medio, conseguiría dirigir mi vida mucho mejor que si me contentase con edificar sobre cimientos viejos y me apoyase solamente en los principios que había aprendido siendo joven, sin haber examinado nunca si eran o no verdaderos. Pues si bien en esta empresa veía varias dificultades, no eran, empero, de las que no tienen remedio; ni pueden compararse con las que hay en la reforma de las menores cosas que atañen a lo público. Estos grandes cuerpos políticos, es muy difícil levantarlos, una vez que han sido derribados, o aun sostenerlos en pie cuando se tambalean, y sus caídas son necesariamente muy duras. Además, en lo tocante a sus imperfecciones, si las tienen - y sólo la diversidad que existe entre ellos basta para asegurar que varios las tienen -, el uso las ha suavizado mucho sin duda, y hasta ha evitado o corregido insensiblemente no pocas de entre ellas, que con la prudencia no hubieran podido remediarse tan eficazmente; y por último, son casi siempre más soportables que lo sería el cambiarlas, como los caminos reales, que serpentean por las montañas, se hacen poco a poco tan llanos y cómodos, por, el mucho tránsito, que es muy preferible seguirlos, que no meterse en acortar, saltando por encima de las rocas y bajando hasta el fondo de las cimas[4]

La duda, es el principal elemento que Descartes,
le brinda al mundo, para llegar a la búsqueda
de la comprobación del conocimiento
Como se puede ver trabaja, el aula de clases como una empresa, donde el estudiante a través de lo que conoce, elabora, modifica o re-significa sus opiniones o pensamientos en torno al conocimiento, pero especialmente moldea su personalidad para llegar a la simas de lo mismo que se generan a través de las rocas que serían las complejas lecturas de los textos o de sus búsquedas. Pero no obstante, se puede interpretar en Descartes que el proceso de formación es constante pero antes que nada siempre tiene cimas muy diferentes a cada edad.



 Ahora bien, la mirada del maestro, es más bien del perfil del mismo que es: para hablar sin juicio de las cosas  ignoradas, hay que  aprenderlas. Y si bien contiene, en verdad, muchos, muy buenos y verdaderos preceptos, hay, sin embargo, mezclados con ellos, tantos otros nocivos o superfluos, que separarlos es casi tan difícil como sacar una Diana o una Minerva de un bloque de mármol sin desbastar[5]

A manera de conclusiones, el texto, en su III parte, ya nos brinda son una serie de consejos o experiencias de ¿Cómo se desarrolla la duda cartesiana o la certeza? Pero antes que nada ¿Cuáles son los pasos o ejes para llegar al desarrollo del conocimiento?.

Espero que disfrutes de la lectura, con base en mi experiencia de lectura filosófica.  

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[1] DESCARTES, René, DISCURSO AL MÉTODO, Pág. 13. Editorial de Bedout, Medellín, 1986
[2] Ibíd. Pág. 14
[3] Ibíd. Pág. 20.
[4] Ibíd. Pág.21  
[5] Op-cit . Pág. 24. 

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