domingo, 25 de noviembre de 2012

FILOSOFÍA: UNA MIRADA AL DESARROLLO DEL CONCEPTO DE PENSAMIENTO


“Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos”
Buda
Filósofo Oriental

Pensar, es la necesidad
humana de saber, el
sentido de su existencia
en el mundo, para reflejar
todo lo que en verdad
desea proyectarse.
El concepto de pensamiento, ha sido un gran reto filosófico, decir que uso tiene del lenguaje filosófico. Pues desde las distintas tradiciones, su mirada ha sido armada, desarmada y en muchos casos manipulada, para darle un uso conceptual según los virajes que tenga cada filósofo en su escuela, corriente o línea de trabajo para desarrollarlo.
Según Leonardo Harold Pantoja & Gustavo Zúñiga en su “Diccionario de Filosofía” nos plantea que pensamiento es:

La potencia o facultad de pensar. Los intentos de explicar el modo en que los procesos cognitivos tienen lugar, son tan antiguos  como la propia filosofía [….]  pero en el caso de la filosofía, es el producto de la actividad de pensar desde la manifestación de la racionalidad humana.  De naturaleza inmaterial, su producción depende, de la organización fisiológica del sistema nervioso, especialmente del encéfalo (396-397)

Esto lo que nos plantea es que el pensamiento en la filosofía, mira es la capacidad reflexiva que tienen los seres humanos desde los diversos procesos de abstracción en su naturaleza, para formar su razonamiento. Pero antes que nada, evalúa los procesos para llegar a dicho proceso. De ahí lo dicho por Kant en la Crítica de la razón Pura, que el pensamiento es un sistema, pues se planea, pero constantemente se tiene que ir armando y desarmando para configurar sus sentidos, los cuales se ven expuestos es mediante lo que hablamos. Tal y como lo dice Heidegger en su frase: “el lenguaje es la casa del ser”.


RECORRIDO DEL CONCEPTO COMO PENSAMIENTO

Los conceptos en filosofía tienen un recorrido para su desarrollo, como lo expresamos al principio del texto. Ahora vamos a empezar como se desarrolló el concepto de pensamiento a lo largo de la tradición filosófica.

El pensar, nos saca de la ignorancia,
pero en especial, es la terapia del
hombre, para confrontar sus preguntas
y conocer el mundo en todas sus
dimensiones.
Aristóteles nos plantea en su texto “La Metafísica” que el concepto de pensamiento surge:
Todos los hombres desean por naturaleza saber. Así lo indica el amor a los sentidos, pues al margen de su utilidad, son amados a causa de sí mismos, y el que  más de todos, el de la vista. En efecto, no sólo para obra, sino también cuando no pensamos en hacer nada, preferimos la vista, por decirlo así, a todos los otros. Y la causa en que, de los sentidos, éste es el que nos hace conocer más, y nos muestra mucha diferencias (3)

El pensamiento parte de la pregunta, es el primer eje para comprender que para pensar tenemos que preguntarnos la causa de algo (¿Por qué?, ¿para qué y ¿cómo? ). Ya que si no lo hacemos estaríamos pensando de una manera empírica que quería decir  comprender todo solamente a partir de la experiencia. En otras palabras, los sentidos como no los plantea Aristóteles. Del mismo modo, los efectos son las respuestas a lo que nos preguntamos para dar un sentido a un algo, pero antes que nada, ver que todo puede tener muchas perspectivas. De ahí la importancia de la delimitación del objeto de pensamiento.


El pensamiento, antes era un dogma
de poder, ahora es toda una cadena
de conocimientos, donde se busca
generar mayores confrontaciones
en el sujeto.
 Platón en Cambio nos plantea que el pensamiento es el medio que usa los hombres para salir de la ceguera permanente, por la cual se defienden del miedo a salir tal y como ellos son. De ahí que  la función de pensar:

Examina ahora el caso de una liberación de sus cadenas y de una curación  de su ignorancia, qué pasaría  si naturalmente les ocurriese esto: que uno de ellos fuera liberado y forzado a levantarse de repente, volver el cuello y marchar mirando a la luz y al hacerlo todo esto, sufriera y a causa del encandilamiento fuera incapaz de percibir aquellas cosas cuyas sombras había visto antes (2)   

Esta metáfora, quiere decir que la ignorancia es una cadena de sin sentidos que el ser humano se somete por medio a validar eso que tiene desde lo empírico. Y no dejarse guiar por la luz para romper la cadena, para ver un mundo lleno de esperanzas y sueños. Pero en especial un conocimiento de mayor profundidad con horizontes de común comprensión para él y su entorno.


En el Medioevo, san Agustín en su Soliloquio nos muestra que el pensamiento es un camino espiritual que busca constantemente acercarse a la salvación en el mundo terrenal, pero antes que nada, acercarse cada día a Dios:

Pensar, es la fuerza encargada, que nos permite
diferenciar todos los sentidos, el uno del otro
pero en especial, abrirnos todas las formas
de comprensión e interpretación del mundo
a través del lenguaje.
Tales deben ser los aspirantes a la Sabiduría. A tales buscas ella para su casta y limpia unión. Pero no es único el camino que allí conduce, pues cada cual, según su estado de salud y de fuerza, abraza aquel singular y verdadero bien. Ella es cierta luz inefable e incomprensible de las inteligencias. Que la luz ordinaria nos enseñe, en lo que puede, cómo es aquella. Hay ojos tan sanos y vigorosos que, después de abrirse, pueden mirar de hito en hito sin parpadear al mismo sol. Para éstos, la misma luz es salud, no necesitan magisterio, sino tan sólo alguna amonestación. Bástales creer, esperar y amar. Otros, al contrario, se deslumbran con la misma luz que desean contemplar tan ardientemente, y sin conseguir lo que quieren, muchas veces vuelven a la sombra con gusto. A éstos, aunque se mejoren, hasta considerarse sanos, es peligroso mostrarles lo que no pueden ver aún. Hay que ejercitarlos pues antes, su amor debe nutrirse con una conveniente dilación. Primero se les mostrarán objetos opacos, pero bañados con la luz, como un vestido, un muro, algo semejante. Han de pasar después a fijar la vista en cosas que brillan con mayor belleza no por sí mismas, sino con el reverbero solar, como el oro, la plata y cosas similares, cuyo reflejo no dañe a los ojos.
Kant, Clasificó todas las
categorías del Pensamiento, además
explicó como se forman a través
de ellos, los juicios.


Para ser pensador, antes que nada había que meditar en un lugar apartado para ser no sólo un sabio sino también un ser espiritual merecedor del conocimiento, que busca generar una mayor contemplación desde lo aprendido en las lecturas. Del mismo modo, se busca que el conocimiento sea la luz de lo bello, para enseñar que la ignorancia es maligna y peligrosa para la criatura en su aprendizaje.  Seguidamente toma el pensamiento como una terapia para brillar dentro del magisterio.

Por último vamos a mostrar a Descartes y a Immanuel Kant sus posturas en torno al concepto de pensamiento. Para eso comenzamos con Descartes:

La diversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos sean más razonables que otros, sino tan sólo de que dirigimos nuestros pensamientos por derroteros diferentes y no consideramos las mismas cosas. No basta, en efecto, tener el ingenio bueno; lo principal es aplicarlo bien. Las almas más grandes son capaces de los mayores vicios, como de las mayores virtudes; y los que andan muy despacio pueden llegar mucho más lejos, si van siempre por el camino recto, que los que corren, pero se apartan de él. (18)
El pensamiento era escéptico durante mucho tiempo, porque trabajaba con certezas. En otras palabras, solo es válido todo aquello que se pueda ver, puesto que la existencia del pensamiento, está en la vista y en los demás sentidos humanos. En algunos casos, la demostración es la manera para mostrar la veracidad de las certezas que se tienen en la mente.

 Para lo anterior, Descartes inventó la máxima capital: “pienso, luego existo” donde lo que se busca es enseñarle a los hombres que el pensamiento es valido no sólo porque se vea o se demuestra. Sino también por tener la capacidad de transformar a los hombres al concepto de sujeto, que quiere pensante, que constantemente se está configurando cada día.

Kant en cambio nos plantea que el pensamiento debe formarse a partir de la experiencia entre lo priori y a posteriori en la siguiente perspectiva:

“Sólo se reconoce lo que ella misma produce según su bosquejo, que la razón tiene que anticiparse con los principios de sus juicios de acuerdo con leyes constantes y que tiene que obligar a la naturaleza a responder preguntas, pero sin dejarse conducir con andaderas, por así decirlo” (18)

Que en otras palabras: es que el pensamiento es todo un bosquejo de elementos que se va armando constantemente, para ser expresado a través de una teoría, pudiendo emitir los juicios que se tienen sobre algo a partir de unos prejuicios que se tenían antes.  De otra manera, Juan Esteban López nos plantea:

La importancia de la pregunta radica que ella misma se anticipa a su respuesta y busca a través de su misma, el desarrollo de la capacidad del juicio en el ser humano, lo mismo que le genera una respuesta develada en un concepto de manera clara y precisa, y que se  convalide con una teoría, para que no sea improvisada, lo mismo que tampoco salga de la nada.  Del mismo modo, la anticipación de la razón, es porque toda pregunta no sólo es el medio generador de juicios sino que es la búsqueda del sujeto formulador, para  el desarrollo de una crítica que se vea mediada  por una reflexión  que es su aspecto esencial, lo mismo de un método proporcionado de observación más agudo, que genera una ampliación de los objetos y del conocimiento. (3)


 La pregunta en Kant es el eje cimentado para desarrollar constantemente un sistema de pensamiento desde su estructura armada o para ser desarmada como concepto de pensamiento. Pero debemos recordar que la experiencia debe estar inmersa en todos los procesos del pensamiento.

 Bibliografía
  • ·         Aristóteles, Metafísica.
  • ·         Platón,  Mito de la Caverna.
  • ·     Kant, Emmanuel. Crítica de la Razón Pura. Madrid: Editorial Taurus. 2005 Traductor: Pedro Ribas.
  • ·         Descartes, René. Discurso al Método. Editorial de Bedout, Medellín, 1986.
  • ·          Agustín de Hipona. Soliloquios.
  • ·         López Agudelo, Juan Esteban. El concepto en Kant. Medellín. 2012


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